Potencialmente la cerveza tiene beneficios, pero cuando el contenido del alcohol es alto, todos los demás ingredientes se convierten en menos importantes.
Son numerosas las informaciones que nos llegan sobre los beneficios de la cerveza, la bebida más consumida detrás del agua y del té. Pero también son fuertes los rumores acerca de la financiación de los estudios que publican y publicitan estos resultados cuyos patrocinadores parecen tener más interés por fomentar su consumo que la salud de sus consumidores.
Es cierto que este líquido elemento tiene sus bondades como es su buen sabor y lo refrescante que es pero desde el punto de vista médico como bebida alcohólica, no puede ser calificada de saludable ya que sus efectos nocivos sobre el organismo superan con creces a los positivos.
¿Es la cerveza buena para la salud?
Analicemos algunos mitos:
Es lo que mejor sienta después de hacer ejercicio
Se ha dicho que es bueno beber una cerveza después de hacer deporte ya que repone los electrolitos perdidos durante el esfuerzo. Pero la cerveza es una bebida con muy bajo contenido en sodio y por tanto, con un fuerte poder diurético, lo que juega en contra de la retención de fluidos para la correcta rehidratación. Además, la cantidad de sodio que contiene es inferior a la de las bebidas rehidratantes.
En definitiva, por mucho que lo queramos, la cerveza con alcohol no es eficaz para recuperar el líquido perdido y saciar la sed después de realizar ejercicio y perjudica, además, al equilibrio y los reflejos.
Tiene efectos antiinflamatorios y antienvejecimiento
El lúpulo que contiene es una sustancia que posee propiedades antibacterianas y antiinflamatorias que ayudan a prevenir enfermedades relacionadas con el envejecimiento celular, siempre y cuando sea consumido moderadamente y con una dieta adecuada que aproveche al máximo su potencialidad. Este efecto antiinflamatorio influye sobre la salud cardiovascular y aumenta el nivel del colesterol bueno. Sin embargo, está demostrado que su consumo excesivo puede influir negativamente en el cerebro además de otros órganos vitales como el hígado o el corazón.
La cerveza no engorda
Es verdad que en comparación con otras bebidas alcohólicas, su aportación calórica es baja pues solo contiene 90 Kcal. por vaso. La famosa “barriga cervecera” es más producto de una alimentación desequilibrada, la falta de ejercicio y el sedentarismo y, en algunos casos, la predisposición genética.
Ahora bien, el lúpulo de la cerveza abre el apetito lo que podría contribuir a ganar peso, no debido a esta sustancia en sí, sino más bien a que su consumo suele acompañarse de alimentos muy calóricos, frecuentemente “tapas” y “pintxos” que en general no suelen ser técnicamente saludables.
Propiedades anticancerígenas
El xanthohumol, uno de los denominados polifenoles del lúpulo de la cerveza, es un antioxidante que actúa en la inhibición y prevención del cáncer. Pero por otro lado, también se han encontrado algunos puntos más oscuros a tener en cuenta, como es la generación de compuestos nitrogenados (nitrosaminas) en el tostado de la malta que podrían resultar carcinógenos.
Mejora la salud gástrica
El gas carbónico favorece la digestión y el incremento en la secreción de ácidos gástricos ayuda a la aceleración del vaciado gástrico lo que podría disminuir el riesgo de infección por Helicobacter Pylori, agente implicado en la úlcera gastroduodenal.
Si bien estos resultados no están demostrados con rigurosidad científica, sí lo está que su ingestión en exceso puede irritar el estómago y lesionar el recubrimiento del intestino. En ayunas, produce hipoglucemia y disminuye el aporte de un gran número de vitaminas y minerales al tiempo que aumenta los triglicéridos en sangre.
Cantidad y calidad
En cualquier caso lo que sí se está consensuado es que como muchos alimentos tanto sus beneficios como sus efectos nocivos están directamente relacionados a la cantidad que se consuma. Es importante no ingerir más de 250 ml diarios. En ningún caso, se debe sobrepasar nunca los dos litros (60 gramos de alcohol).
Advertir que su consumo de forma sostenida puede conducir a enfermedades como la cirrosis o accidentes cardiovasculares. Además su ingesta no está recomendada en caso de embarazo y, naturalmente, si se va a conducir.
Si eres alérgico a la levadura, los beneficios de la cerveza deben matizarse y también si sufres de diabetes ya que el cromo contenido en la levadura interfiere en los medicamentos para combatirla. Los celiacos ya saben que su consumo les está totalmente contraindicado pero que existen otras opciones en el mercado a base de maíz.
Y si no puedes vivir sin ella
Lo cierto es que la cerveza a pesar de todo es una bebida muy popular de gran éxito en todo el mundo por lo que en ocasiones es muy difícil no caer en la tentación.
Es estos casos, una recomendación, si no podéis presidir de sus encantos optar por la cerveza de elaboración artesanal, pues a diferencia de las industriales en las que es difícil conocer al 100% sus ingredientes y aditivos, la primera se ajusta a la fórmula tradicional consistente en agua, malta, levadura y lúpulo.