[entradilla]¿Cuántas veces has llorado viendo una película? ¿Cuántas te has reído a carcajada limpia? A eso le llamamos cineterapia, el subidón psicológico de ver cine.[/entradilla]
Seguro que alguna vez has sentido rabia al ver cómo el protagonista de una película sufre injustamente. Y, reconócelo, ver cine casi siempre te hace reflexionar y te enseña algo nuevo. Precisamente la cineterapia aprovecha los beneficios psicológicos del uso de series o largometrajes como recurso didáctico, preventivo o terapéutico.
Además de su alta capacidad de entretenernos, una película incluso puede complementar una terapia para la recuperación psicológica. La cineterapia también está muy indicada para el crecimiento personal en el ámbito educativo y, en general ver cine aporta múltiples ventajas para cualquier persona.
El cine traspasa nuestra consciencia, conecta con nuestro interior y hace aflorar todo tipo de emociones. Habitualmente, experimentamos tal inmersión en una película, que se nos llegan a desdibujar los límites entre ficción y realidad. Sentirnos identificados con un personaje o con una escena es una oportunidad para hacer una introspección, sentir como propias las circunstancias que se están viviendo en la ficción y tomar consciencia de nuestras fortalezas o incluso de los miedos o problemas que merodean por nuestra mente en la vida real.
La fuerza del cine no pasa desapercibida para nuestra psicología. ¿Qué película es la que más te ha marcado? ¿Cuál no te cansas de ver? ¿Cuál consiguió cambiar tu perspectiva vital? ¿Y cuál te dio más fuerzas para superar un bache?
Beneficios de la cineterapia
Ver cine puede ser el granito de arena para ayudarnos a ser más felices, a superar episodios de depresión e incluso un proceso de duelo, un desamor, a frenar la hiperactividad… aquí te enumeramos algunas de las principales ventajas que tiene la cineterapia.
Es revitalizador. Te ayuda a desconectar de la rutina y a pasar un buen rato de entretenimiento.
Activa la inteligencia. Según la teoría de las inteligencias múltiples tenemos siete tipos de inteligencias, y la fuerza del cine tiene la capacidad de activar todas y cada una de ellas para entender una película: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal.
Enriquece nuestra creatividad. A través de mundos imaginarios, realidades diferentes y otros puntos de vista, que activan nuestra imaginación y nuestra fantasía, y cambian nuestros esquemas mentales por otros más flexibles e innovadores.
Invita a la autorreflexión. De esta forma, la cineterapia nos lleva a ser más autocríticos y a replantearnos actitudes adquiridas y convencionalismos.
Potencia nuestro lado socializador. Da pie a compartir impresiones, reflexionar y debatir conjuntamente sobre cuestiones vitales con la pareja, amigos o familiares.
Relaja. El cine nos atrapa y nos distrae, haciendo que pongamos los cinco sentidos en la comprensión y el disfrute de la película, dejando a un lado las preocupaciones, reduciendo nuestros niveles de ansiedad y estrés.
Resuelve problemas. El cine nos permite identificar situaciones negativas que nos pueden estar ocurriendo, empatizar con un personaje y observar cómo este evoluciona para superarlo, lo que nos puede dar grandes pistas para tomar decisiones y solventar situaciones negativas.
Nos ayuda a superar miedos. Ver escenas que nos disgustan o incluso aterran, nos hace activar mecanismos para hacer frente a nuestros mayores temores, permitiéndonos tomar mayor consciencia de ellos, compartirlo con otras personas y para trabajar en su superación.
Poder de catarsis. La magia del cine nos coloca en situaciones y posiciones morales nunca vividas. Al ver una película se pueden experimentar sensaciones sin temor a sufrir los efectos verdaderos. Una película que refleje una situación límite nos puede aportar una descarga emocional y desahogarnos.
Nos eleva. La elevación es lo que sentimos cuando vemos algo que nos asombra, conmueve o inspira, sobre todo cuando se trata de una acción admirable por parte de una persona. Ver la grandeza de los personajes del cine nos inspira a imitarles, a ser mejores e incluso a dar pasos para cambiar nuestras vidas y evolucionar.
Nos replanteamos actitudes negativas. Gracias al cine podemos encontrar nuevas perspectivas que nos sirvan de reflexión para cambiar de actitud ante situaciones de nuestra vida que, en comparación con las de la ficción, son objetivamente más llevaderas y a lo mejor hay que quitarles hierro.
Ayuda ante el desamor o la pérdida de personas. Estas circunstancias se pueden llegar a suavizar con determinado tipo de películas. Paradójicamente, regodearnos en nuestro dolor con ayuda del cine, puede ayudarnos como parte del duelo, a afrontar la pérdida.
Factor de motivación. Muchos filmes nos invitan a iniciar el camino para lograr algún objetivo. La fuerza de las historias y de los personajes genera emociones en el espectador tan poderosas que nos llenan de energía y nos animan a dar pasos en pro de nuestros objetivos vitales.
Cada género cinematográfico tiene sus propios beneficios psicológicos
Una película nos dejará un sentimiento u otro en función del género cinematográfico al que pertenezca. De hecho, en muchas ocasiones buscamos una película para un momento concreto con el objetivo de que nos deje el poso que estamos buscando.
Una comedia nos divierte, nos carga de optimismo y de energía, nos alegra y nos hace reír, lo que a su vez nos relaja y nos llena de sentimientos agradables.
Un drama nos puede conmover, aflorar al máximo nuestras emociones e incluso llevar al llanto. Soltar alguna lagrimita reparadora estimula la liberación emocional, aumenta nuestras hormonas del bienestar y nos pone en contacto con lo más íntimo de nuestro ser.
Las películas de acción nos entrenan para conocer y enfrentarnos a situaciones inverosímiles, gracias a la espectacularidad de las imágenes y a los efectos especiales.
La ciencia ficción es un género con alta capacidad para mantenernos distraídos con otras realidades, desarrollar la capacidad imaginativa y reinventarnos.
Una película de terror nos provoca emociones intensas como el miedo, experimentando sensaciones que implican una descarga de adrenalina similar a la que ofrece la práctica de deporte extremo.
Los profesionales que utilizan la cineterapia conjugan terapia y cine para aprovechar todo el potencial de beneficios en mayor profundidad y con una mayor reflexión. Pero los beneficios del cine son realmente aptos para todos los públicos y aportan numerosas ventajas para la vida cotidiana. ¡No dejes de experimentarlos!