Matrona en el Centro de Rehabilitación IMQ Deusto (Bilbao)
El colecho es una práctica cada vez más difundida, recomendada y aceptada. Gracias a ella, madres y padres pasan más tiempo con sus hijos e hijas, lo que tiene varios beneficios importantes, para toda la familia. ¿Te interesa el tema? ¡Pues sigue leyendo!
¿Qué es el colecho?
Consiste en dormir al lado de los bebés, de manera que haya cercanía con los padres para que puedan verlos, tocarlos y oírlos. Para ello, se puede emplear una sola cama grande, dos contiguas o acercar una cuna a la cama de los progenitores. De hecho, existen las cunas de colecho, las cuales tienen un panel lateral desmontable que facilita el contacto físico.
Esta forma de pasar la noche puede ser ocasional o habitual, y debes distinguirla de otras más comunes. Por ejemplo, no es igual que dormir en la misma habitación, pero en lugares separados, o hacerlo en un sofá o en un sillón cerca de tu bebé.
Se trata de un modo de dormir basado en la comunicación y es muy frecuente en el estilo de crianza cercano. Es más, se ha observado que en los países industrializados su frecuencia aumenta durante el periodo de lactancia. Más aún, algunos estudios demuestran un efecto positivo entre este modo de dormir y este tipo de alimentación.
El colecho seguro
Esta práctica es común en Japón, donde la tasa de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) es muy baja. Aun así, la Liga de la Leche de Euskadi afirma que dormir al lado de la madre no está estadísticamente relacionado con este trastorno. Pese a ello, establece 7 condiciones imprescindibles para el colecho seguro:
- Tres de la madre: no ser fumadora, estar amamantando y no estar bajo la influencia de medicamentos o del alcohol.
- Tres del bebé: haber nacido a término y no presentar problemas de salud. Permanecer bocarriba y usar ropita ligera.
- Una común: compartir una superficie segura.
Ahora bien, ¿qué es una superficie segura? Esta liga ha elaborado una lista de comprobación, destinada a suprimir cualquier posible peligro. El primero de ellos es la asfixia, que se relaciona con los muebles reclinables, las superficies muy mullidas o los espacios entre el colchón y la estructura de la cama o la pared de la habitación.
Por otro lado, no es recomendable que quien acompaña al bebé en la cama se mueva mucho o con un sueño muy profundo, así como la presencia de hermanos o hermanas o de mascotas. Finalmente, hay que retirar los peluches y otros juguetes, las almohadas superfluas, las mantas pesadas y cualquier objeto punzante o que pueda enredarse, como cintas, gomas elásticas o pañuelos.
¿Hasta qué edad es recomendable?
Una pregunta que se hacen muchos padres y madres es cuál es la duración más apropiada, pero todavía no hay una respuesta clara. En general, se aconseja mantenerlo como mínimo hasta los 6 meses y prolongarlo hasta los 3 años.
Los beneficios del colecho
Practicar esta manera de dormir junto con la lactancia materna es una opción que mejora la nutrición y la inmunidad de los bebés, a la vez que incrementa el apego y la comunicación. Cuando crezcan y se hagan personas adultas, mejorará su salud y equilibrio emocional. Entre sus múltiples beneficios, destacan los siguientes.
Estrés y sueño
Mejora el sueño del bebé, ya que siente seguridad y protección todo el tiempo. Así, se reduce la secreción de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. Niños y niñas que la segregan en baja cantidad sienten más tranquilidad y padecen menos ansiedad y sus síntomas, como la taquicardia.
Disminuye el riesgo del SMSL
La respiración del bebé se sincroniza con la de los progenitores al dormir juntos. Esta conexión aminora la frecuencia de los periodos de apnea y, con ello, el riesgo de sufrir SMSL.
Favorece el amamantamiento
El hecho de compartir la cama hace que el bebé tenga el pecho materno siempre disponible, así que muchas veces lo encuentra y comienza a mamar sin que su madre se despierte. Por otra parte, la cercanía física evita que la mamá se tenga que levantar durante la noche, lo que le permite descansar mejor.
También facilita al bebé la alimentación complementaria cuando se empiezan a introducir nuevos alimentos. Si está en un ambiente en el que se siente bien y relajado, le será más fácil.
Fortalece los vínculos afectivos
Una comunicación estable y constante mejora las relaciones dentro de la familia. Ello proporciona al bebé seguridad y un mejor desarrollo emocional, con más empatía y asertividad, y en la edad adulta mayor independencia y seguridad.
Regula la temperatura
La temperatura corporal del niño o niña se controla con más eficiencia cuando duerme junto a su madre. La razón es que su cuerpo funciona como una fuente de calor.
Como has podido comprobar, el colecho es ventajoso en muchos aspectos, como los afectivos y los nutricionales. La cercanía de los progenitores durante las horas nocturnas genera tranquilidad y ello ayudará a los pequeños en el proceso de convertirse en personas adultas emocionalmentes estables.