Las alteraciones del metabolismo relacionadas con los lípidos –conocidas como dislipemias y que incluyen el colesterol alto o los triglicéridos - son, junto con la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo, uno de los principales factores que predisponen a padecer enfermedad cardiovascular. Dentro de este grupo es el colesterol alto o hipercolesterolemia la que más impacto tiene y su presencia es cada vez mayor. En el País Vasco se estima que aproximadamente el 20% de la población mayor de 18 años y el 40% de los pacientes en consultas ambulatorias presentan alguna alteración de este tipo. Por ello, en IMQ queremos compartir contigo las principales causas del colesterol alto y sus consecuencias, de modo que puedas detectar rápidamente sus síntomas y remediarlos.
El colesterol alto es una sustancia presente en nuestra sangre, necesaria para formar células sanas, que se transporta adherida a las proteínas; el conjunto del colesterol y las proteínas recibe el nombre de lipoproteína. Existen distintos tipos de colesterol:
Aunque el colesterol alto no es un problema a corto plazo, si se mantiene durante mucho tiempo acelera el desarrollo de arteriosclerosis, un proceso degenerativo de las arterias asociado a la edad. La acumulación de depósitos grasos provoca un estrechamiento y endurecimiento de los conductos que llevan la sangre a los órganos, pudiendo obstruirlos por completo con graves consecuencias para nuestra salud cardiovascular, afectando al corazón (infartos) y al cerebro (ictus, apoplejía).
En la elevación del llamado colesterol malo intervienen factores genéticos, aunque también influyen los ambientales y ciertos hábitos poco saludables que pueden remediarse. Pueden aumentar este riesgo:
En otras ocasiones, la dislipemia es provocada por enfermedades hepáticas, endocrinas, renales o por la toma de ciertos fármacos.
A pesar de la creencia de que la hipercolesterolemia produce dolor de cabeza o mareos, en realidad el colesterol alto no ocasiona ningún síntoma, lo que en sí mismo aumenta su peligrosidad.
La excesiva acumulación de colesterol en las paredes de las arterias puede reducir el flujo sanguíneo por medio de las arterias, lo cual puede implicar distintas complicaciones.
Para intentar prevenir su aparición en personas con probabilidad de padecer patología coronaria, se recomienda someterse entre los 35 y 40 años a una serie de pruebas, conocidas como perfil lipídico. Se deben seguir controles médicos periódicos, dependiendo de la presencia o no de otros factores de riesgo y de la existencia de enfermedades del aparato circulatorio.
La prevención y el tratamiento del colesterol alto requieren un cambio en el estilo de vida:
Si quieres ahondar en las medidas que te permitirán mejorar tu salud, te recomendamos nuestra entrada: consejos para bajar el colesterol.
Actualmente, gran cantidad de alimentos funcionales y suplementos dietéticos se promocionan como productos beneficiosos para estos trastornos. Los fitoesteroles y etanoles, moléculas con estructura análoga al colesterol provenientes del reino vegetal, bloquean la absorción intestinal y se encuentran de forma natural en aceites de maíz, girasol y soja, y en menor cantidad en verduras y frutas frescas. Su consumo en cantidad de 1-2 gramos al día disminuye el colesterol y están presentes en el mercado a través de numerosos productos –sobre todo lácteos enriquecidos con ellos–, si bien no se recomienda su ingesta preventiva en personas con colesterol normal.
Los niños y adultos jóvenes que no presentan factores de riesgo de enfermedad cardíaca suelen realizarse una primera prueba entre los 9 y los 11 años y una segunda entre los 17 y los 19. Una vez adentrados en la etapa adulta, se recomienda repetir la prueba cada cinco años.
En caso de que los resultados no se encuentren dentro de los parámetros aceptables, de presentar antecedentes familiares, de enfermedad cardíaca o cualquier otro de los factores de riesgo mencionados en este post, probablemente tu médico te recomiende un seguimiento más frecuente.