Hipertensión arterial: principales causas y síntomas

La hipertensión arterial es una enfermedad crónica, muy frecuente en nuestro medio, que afecta al aparato cardiovascular.

¿Qué es la hipertensión arterial?

Para dar respuesta a la pregunta, el primer paso es saber qué es la presión arterial. Ésta mide la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias cuando el corazón la bombea con la intención de repartirla por todos los órganos.

El nivel máximo de presión se da durante la contracción del corazón (sístole) y el mínimo, durante la relajación (diástole). Ambos se usan para la medición de la presión arterial, cuya lectura se da en milímetros de mercurio (mmHg):

• Valor superior o presión arterial sistólica.
• Valor inferior o presión arterial diastólica.

La hipertensión aparece cuando, de manera continuada, los niveles de presión arterial exceden los 135/85 (mmHg) medidos en el domicilio y 140/90 (mmHg) en la consulta. Hay muchas formas y causas de hipertensión. Por suerte, la mayoría de las personas la padecen en su grado más leve.

¿Qué frecuencia tiene?

Según la Sociedad Española de Hipertensión (SEH-LELHA), esta dolencia afecta a más del 20% de la población entre 40 y 65 años y supera el 60% en los mayores de 60 años. En España hay más de 14 millones de personas que la padecen, en el mundo 1.130 millones. Se calcula que el número de personas con hipertensión arterial aumentará en un 15-20% para 2025, alcanzando los 1.500 millones de personas en todo el mundo. No tratarla puede implicar la aparición de afecciones más graves, como enfermedades renales, cardíacas o cerebrovasculares (por ejemplo, infarto o ictus).

Causas de la hipertensión arterial

Según las causas, la hipertensión arterial se divide en dos tipos:

Hipertensión esencial

Es de tipo crónica y afecta al 95% de los casos. Se desconocen las causas directas, pero sí se conocen varios factores que incrementan el riesgo de padecerla:

• Antecedentes familiares.
• Diabetes.
• Obesidad.
• Sedentarismo, no realizar ejercicio físico.
• Largos periodos de estrés.
• Consumo elevado de sal.
• Hábitos tóxicos (en especial tabaco y alcohol).

Hipertensión secundaria

Afecta al 5% de los pacientes y es curable si se trata la causa. En estos casos sí se conocen las causas y son tratables de manera definitiva. Por ejemplo:

• Ciertas enfermedades renales crónicas.
• Enfermedades del sistema endocrino, como el hipertiroidismo.
• Embarazo o preeclampsia.
• Apnea del sueño.
• El uso de ciertos medicamentos, como los corticoides, los antiinflamatorios no esteroideos o las píldoras anticonceptivas.

Síntomas de la hipertensión arterial

La hipertensión arterial es conocida como la «muerte silenciosa», ya que no presenta síntomas aparentes que den un signo de alarma. Más del 50% de los hipertensos no eran conscientes de ello, por eso son tan importantes los programas de detección precoz. La Sociedad Europea de Cardiología (ESC), nos recomienda unos periodos mínimos de control en función de los valores que presentemos en la consulta:

* PA: Presión Arterial, mmHg: milímetros de mercurio, MAPA: Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial (comúnmente conocido como Holter), AMPA: Automedición de la Presión Arterial.

Sin embargo, cuando la hipertensión arterial alcanza su máximo grado de evolución, pueden aparecer los siguientes signos:

• Sangrado nasal.
• Dificultad para respirar.
• Dolores de cabeza muy fuertes.
• Mareos.
• Problemas visuales

Cómo se toma la tensión arterial

Lo primero es adquirir un tensiómetro (o esfingomanómetro). El tensiómetro más común es el automático oscilométrico. La gran mayoría de los tensiómetros que encontramos a la venta están homologados y cumplen los protocolos estandarizados. Es preferible que la tensión se mida en el brazo (arteria humeral) a en la muñeca (arteria radial). Utilice un manguito de presión estándar (12-13 cm de ancho y 35 cm de largo) para la mayoría de los pacientes, pero es posible que necesite una medida diferente si tiene unos brazos más gruesos (circunferencia de brazo > 32 cm) o más delgados.

La toma de tensión es preferible realizarla sentado cómodamente, en un lugar tranquilo, después de unos 5 minutos. Se han de realizar 3 tomas, separadas entre ellas por 1-2 minutos. Se desestimará la primera y se realizará la media de las dos últimas. Coloque el puño al nivel del corazón, con la espalda y el brazo apoyados para evitar incrementos de tensión dependientes de la contracción muscular para mantener la postura.

Es importante que vaya anotando las cifras de tensión, así podrá enseñárselas a su médico, sin riesgo de olvidarlas.

Tratamiento de la hipertensión arterial

En cuanto al tratamiento de la hipertensión arterial lo ideal es mantener un estilo de vida saludable. Se aconseja:

• Evitar hábitos tóxicos (tabaco, alcohol…).
• Controlar el peso.
• Realizar ejercicio de manera regular.
• Respetar el sueño, al menos 7h diarias.
• Comer de manera cardiosaludable, siguiendo una dieta mediterránea variada. Eliminando los ultraprocesados de la dieta, moderando el consumo de sal y aumentando la ingesta de frutas, verduras y frutos secos. Se favorecerá la ingesta de cereales integrales sobre las harinas refinadas.
• Tratamiento farmacológico. Muchos pacientes necesitan un apoyo farmacológico para controlar la hipertensión. La pauta debe ser prescrita por un médico.

Hipertensión arterial y ejercicio

El ejercicio es una herramienta perfecta para controlar la hipertensión arterial. Se recomienda combinar ejercicio aeróbico (caminar, correr, nadar, andar en bicicleta…) con ejercicio de fuerza (pesas, máquinas de gimnasio…) sumando, al menos, 150-300 minutos de deporte a la semana, es decir, unos 40 o 45 minutos entre 3 y 7 veces por semana. El ejercicio es tanto o más eficaz que las pastillas para controlar la hipertensión y es completamente natural.

Tratar la hipertensión arterial es vital

La hipertensión arterial es una enfermedad de tipo crónico en el 95% de los casos y afecta, principalmente, a partir de los 40 años. Es más común entre los hombres, pero está presente en ambos géneros. Por tanto, a partir de los 40 años es recomendable medirse la tensión de manera regular.

Alcanzar el peso ideal, un sueño de calidad, comer de manera saludable y practicar ejercicio son los cuatro pilares básicos con los que controlar la hipertensión. Detectar y tratar la hipertensión arterial de manera precoz es vital para prevenir enfermedades de tipo cardiovascular.

¿Qué hago si la tensión me da alta?

Lo primero es tranquilizarse. La tensión aumenta por innumerables causas, una de las más frecuentes es por nerviosismo. Por tanto, siéntese tranquilo y tómese la tensión en varias ocasiones.

En caso de tener tensiones de manera repetida mayores a 180/110mmHg, sobre todo si se asocia a cefalea (dolor de cabeza), dolor de pecho, fatiga, alteraciones visuales, pérdida de fuerza de alguna extremidad o desviación de la cara, se recomienda avisar al servicio de emergencias.

En caso de que sus tensiones sean mayores de 135/85 mmHg, de manera consistente y repetida, es recomendable que avise a su médico de cara a valorar comenzar con tratamiento: en primer lugar, higiene de los hábitos de vida y, si esto no fuera suficiente, habría que plantearse comenzar con tratamiento farmacológico para ello.