Otorrinolaringólogo de IMQ
Los síntomas característicos de la rinitis alérgica son la rinorrea acuosa (mocos muy líquidos), los estornudos, picor de nariz, picor de ojos y en ocasiones conjuntivitis. Es distinto a un resfriado común en que los mocos en este caso suelen ser más espesos, en que el resfriado común no suele evolucionar en crisis y no se suele acompañar de los picores característicos de nariz y ojos ni de ataques de estornudos numerosos. Por otro lado, un resfriado común puede evolucionar con fiebre, la cual no debería de aparecer en una crisis alérgica.
Qué factores desencadenan la rinitis alérgica
La alergia se desencadena por exposición a un alérgeno, que es aquello que nos genera la reacción. Por este motivo, se habla de rinitis estacionales cuando el alérgeno solo aparece en determinados momentos del año, como es el caso de los alérgicos al polen, y de rinitis perennes, en caso de que el alérgeno esté presente en el ambiente durante todo el año, independientemente de la estación, como sucede en el caso de los alérgicos a los ácaros.
Rinitis alérgica en la infancia
La rinitis alérgica puede manifestarse a cualquier edad, aunque lo más habitual es que los síntomas se reconozcan a partir de los 3 años.
En caso de que el niño/a presente los síntomas arriba mencionados es importante consultar para hacer un diagnóstico y poder poner medidas en marcha, ya que la rinitis alérgica tiene mucho impacto sobre la calidad de vida de los menores.
Una vez en consulta se le prescribirán las pruebas pertinentes para identificar si hay alergia y, en caso positivo, a qué es alérgico. Estas pruebas se pueden hacer con un análisis de sangre o bien mediante un prick test, que son unas pruebas cutáneas.
Tratamiento de la alergia
El tratamiento consta de dos partes. Por un lado, hay que tomar medidas de evitación, esto es, intentar evitar la exposición a aquello que nos da alergia. Hay casos, como el del polen, en que es complicado, pero en otros casos es más factible. De esta manera, si somos alérgicos a los ácaros, hay determinadas medidas que podemos tomar, como es evitar tener alfombras en la habitación, una limpieza más exhaustiva del polvo...
Por otro lado, debemos controlar la inflamación de la rinitis aguda. El tratamiento de base suele consistir en lavados nasales y corticoides tópicos nasales, y en los momentos de crisis se suelen pautar antihistamínicos.
De no hacerlo, la principal complicación es que debido a la inflamación crónica que queda en la mucosa nasal se desarrolle una rinosinusitis crónica. Esto provocará que se tenga más predisposición a sufrir infecciones de vías altas. También, el sufrir muchas crisis de alergia puede acabar generando una hipertrofia de cornetes que nos provocará congestión nasal de forma continua.
Prevención y cura
La prevención consiste, fundamentalmente, en tomar medidas de evitación, realizar el tratamiento con sprays nasales y tomar antihistamínicos de forma preventiva si prevemos que vamos a estar expuestos a los alérgenos que nos afectan. Por otro lado, y respecto a la cura, se pueden intentar tratamientos con vacunas contra el alérgeno que le afecta para intentar desensibilizar al paciente.
Dr. Nicolás Meana
Otorrinolaringólogo de IMQ