¿Qué ocurre cuando nuestro cuerpo se equivoca y se protege de sí mismo? Esta pregunta representa qué es una enfermedad autoinmune.
Nuestro sistema inmunitario es el que se encarga de defendernos de ataques externos como los de virus o bacterias. Esta labor la realiza, además de con otras respuestas inmunológicas, creando anticuerpos con los que combate estos patógenos.
Sin embargo, en ocasiones su funcionamiento es erróneo y estos anticuerpos (o autoanticuerpos) se producen para atacar al propio cuerpo del paciente, a tejidos y órganos sanos y normales; dando lugar a un conjunto de patologías que son las que denominamos enfermedades autoinmunes.
Dependiendo del tejido al que ataquen y de qué manera lo hagan, nos encontraremos ante una enfermedad autoinmune u otra.
¿Por qué se producen las enfermedades autoinmunes?
Esta pregunta a día de hoy no tiene una respuesta clara. Se sabe que puede existir una cierta predisposición genética, pero lo cierto es que la activación de la enfermedad autoinmune podría deberse a una combinación de diversos factores en los que probablemente agentes ambientales también intervengan.
Teorías más recientes sitúan en nuestro intestino el origen, apostando por que una excesiva permeabilidad intestinal, que permita que algunas toxinas y microorganismos accedan al sistema sanguíneo, sería el origen de las reacciones autoinmunes.
Tipos de enfermedades autoinmunes
La clasificación de este tipo de enfermedades se ha realizado en dos bloques: por un lado, están las que no atacan a un órgano en concreto (multiorgánicas o sistémicas), y por otro las sí que afectan específicamente a uno de ellos.
Enfermedades autoinmunes sistémicas o multiorgánicas
Este grupo incluye enfermedades con distintas manifestaciones y comportamientos, pero caracterizadas por la producción de anticuerpos que pueden afectar a uno o varios órganos y tejidos.
La gran mayoría han sido difíciles de clasificar durante mucho tiempo, puesto que el conjunto de síntomas que pueden producir es muy amplio.
Aunque es un grupo numeroso, citaremos algunas de las que presentan una mayor incidencia poblacional:
- Lupus eritematoso: se trata de una enfermedad que afecta principalmente a riñones, piel o mucosas creando lesiones y reacciones de distinta gravedad. El origen de su nombre se debe a que uno de los síntomas más comunes es la aparición de unas manchas rosadas en la cara de las que se dice que dan apariencia de lobo.
- Psoriasis: esta afección es una de las más fáciles de reconocer puesto que las lesiones que producen en la piel son muy evidentes. Afecta principalmente a la epidermis pero no solo a ella, ya que las uñas y las articulaciones también pueden verse comprometidas.
- Esclerodermia: otra de las enfermedades autoinmunes de la piel que, en este caso, produce su endurecimiento. Puede afectar a multitud de tejidos, aunque su principal y más visible manifestación sea la externa.
- Esclerosis múltiple: en esta ocasión el sistema inmunológico ataca a la mielina, produciendo un mal funcionamiento de la transmisión del impulso nervioso.
Enfermedades autoinmunes específicas de órgano
A grandes rasgos puede agruparse entre las que afectan al sistema endocrino, a la piel o a la sangre. Al igual que en el grupo anterior, citaremos algunas de las más conocidas por su repercusión en la población o por sus manifestaciones más características.
- Enfermedad de Crohn: afecta al tracto gastrointestinal y se manifiesta principalmente por dolor abdominal, diarrea y pérdida de peso, principalmente entre personas jóvenes. Se manifiesta periódicamente, en forma de brotes.
- Enfermedad tiroidea autoinmune: El sistema inmunológico se entromete en los mecanismos naturales que regulan nuestro metabolismo, como es la glándula tiroides, disminuyendo o incrementando la producción de ciertas hormonas.
- Diabetes mellitus tipo 1: esta enfermedad puede tener un origen autoinmune o idiopático (de causa desconocida). En la autoinmune, las células productoras de insulina, responsable de que las células de nuestro cuerpo tengan acceso a la glucosa que necesitan para alimentarse, son atacadas por nuestro propio sistema inmunitario.
Tratamiento de una enfermedad autoinmune
Dada la diversidad de patologías que se incluyen bajo la denominación de enfermedades autoinmunes, resulta imposible aplicar una única terapia. La gran mayoría tienen la condición de enfermedades crónicas, por lo que resulta necesario un tratamiento de por vida.
Las tres principales vías de abordaje terapéutico de este grupo patologías son las siguientes:
- Tratamientos para el alivio de los síntomas, principalmente centrados en evitar el dolor y la inflamación.
- Reemplazo de sustancias naturalmente producidas por el cuerpo (como en el caso de la diabetes tipo 1 autoinmune o la enfermedad tiroidea autoinmune) a través de fármacos.
- Supresión del sistema inmunitario con el fin de evitar el ataque a los tejidos. En ocasiones se utilizan dosis bajas de quimioterapia o inmunosupresores, fármacos utilizados habitualmente tras un trasplante de órganos.
Dra. Ainhoa Anuzita Alegría
Especialista en Medicina Interna de IMQ