El estrés laboral está presente cada vez de manera más frecuente en nuestras vidas y es uno de los factores que las empresas deben tener en cuenta a la hora de evaluar, gestionar y prevenir los problemas de salud de sus empleados.
En el caso de los autónomos, los síntomas del estrés laboral se presentan con más frecuencia debido a la presión económica y otros factores como la desorganización y la falta de tiempo que impide el descanso.
¿Qué es el estrés laboral y qué factores lo provocan?
El estrés laboral es una respuesta fisiológica ante factores internos o externos de presión y exigencia que provienen del entorno laboral ante los que el trabajador se siente incapaz de gestionar y adaptarse.
Los factores que provocan los síntomas del estrés se denominan agentes estresores, y existen varios tipos a los que, en el caso de los autónomos, se suman factores económicos:
Factores ambientales:
- Excesivo ruido
- Temperatura inadecuada
- Iluminación inadecuada
- Higiene del trabajo
Factores relativos a la organización del trabajo:
- Horarios inflexibles
- Jornadas laborales muy largas
- Imprevistos laborales fuera de la jornada
- Falta de tiempo para el descanso.
Factores relativos a las características del puesto de trabajo:
- Tareas de atención al público (los trabajadores del sector servicios suelen presentar más síntomas del estrés)
- Tareas monótonas o desagradables
- Exceso o falta de volumen de trabajo
- Plazos estrictos
- Enfrentarse a impagos o morosidad de los clientes.
- Inseguridad económica que provoca una importante carga mental.
¿Cuáles son los síntomas del estrés laboral?
Esta descompensación entre la presión provocada por estos agentes y la sensación de incapacidad o falta de recursos hacen aflorar los síntomas del estrés. Estos síntomas abarcan efectos psicológicos, conductuales y físicos, que pueden ir empeorando si no se emplean medidas para la gestión del estrés. Algunos de los síntomas del estrés más frecuentes son:
- Síntomas psicológicos: Dificultad para concentrarse, sensación de confusión, olvidos y despistes, falta de atención, excesiva preocupación, desorientación, dificultad para dormir, bloqueo, mal humor e irritabilidad, intranquilidad, dificultad para relajarse y desconectar del trabajo.
- Síntomas físicos: Los síntomas del estrés pueden afectar físicamente al individuo. Además de dolores musculares, palpitaciones y sensación de ahogo, los síntomas del estrés pueden traducirse en alteraciones dermatológicas, endocrinas, respiratorias, cardiovasculares, gastrointestinales o sexuales.
- Síntomas conductuales: Conductas impulsivas como comer excesivamente, hablar muy rápido o demasiado, tartamudeo, precipitación en las decisiones o, por el contrario, falta de apetito, dificultad para tomar decisiones y retraimiento.
Evaluación: el primer paso para reducir los síntomas del estrés
Para aliviar los síntomas del estrés laboral es necesario identificar los factores que lo provocan. Esta evaluación es el primer paso para la gestión del estrés. Para hacerlo, tendremos en cuenta una serie de cuestiones dentro de las siguientes áreas relativas a la actividad laboral para observar cuáles provocan los síntomas del estrés y cómo pueden reducirse:
- Observar el horario de trabajo: Diseño de horarios de manera que se fije una jornada de trabajo productiva que evite exigencias fuera de la misma.
- Observar la carga de trabajo: Diseñar una planificación de las tareas, de manera que podamos observar y diferenciar las tareas urgentes y que necesitan prioridad de las que pueden aplazarse.
- Observar el ambiente de trabajo: Observar las condiciones del ambiente de trabajo y actuar de manera que busquemos el confort máximo posible.
Estas actuaciones para frenar los síntomas del estrés suponen un esfuerzo por parte del trabajador, pero debe ser consciente de que repercuten positivamente en su actividad. En el caso de los autónomos puede parecer muy difícil adaptar horarios y volumen de trabajo, así como reservar momentos para la desconexión, pero no hacerlo repercute negativamente en el propio trabajo, con la desconcentración, la falta de productividad y de motivación provocadas.
Cómo aliviar los síntomas del estrés: algunas pautas
Además de llevar a cabo una evaluación de los factores que provocan los síntomas del estrés, hay algunos hábitos que pueden ayudar a reducirlos:
- Practicar deporte: Está demostrado que la actividad física ayuda a reducir los síntomas del estrés gracias a la liberación de endorfinas. Practicar una actividad que nos resulte agradable reducirá los síntomas del estrés y proporcionará bienestar.
- Dieta saludable: Evitar sobre todo bebidas con cafeína y alcohólicas, así como alimentos ricos en grasa y azúcares. Aumentar el consumo de fruta y verdura, además de sustituir la cafeína por otras bebidas como infusiones.
- Técnicas de relajación: Cerrar los ojos y realizar respiraciones profundas puede reducir los síntomas del estrés en el día a día, pero además, algunas disciplinas como el yoga o el mindfulness pueden convertirse en un buen tratamiento para el estrés.
Además de estas herramientas para controlar los síntomas del estrés, debe recordar que siempre puede acudir a la consulta médica para solicitar ayuda y evaluar su caso.
Elia Mayor
Psicóloga de IMQ Prevención