Especialista en Cirugía general y del aparato digestivo de IMQ
La hernia de hiato se da cuando la parte superior del estómago se introduce a través de un orificio (hiato diafragmático) ubicado en el músculo que separa el tórax del abdomen. Como consecuencia de ello, puede pasar el contenido gástrico hacia el esófago (reflujo gastroesofágico) y como éste no está preparado para soportar la acidez del estómago, puede sufrir lesiones en su interior. Un 7% de quienes lo padecen lo sufren a diario, sobre todo a partir de los 50 años.
Entre los factores que ayudan a desarrollar hernia de hiato se encuentran alimentos como el chocolate, café, alcohol, grasas y especias, así como el tabaco. Además, puede ser provocado por comidas muy abundantes, el hábito de masticar poco y comer rápido, el estreñimiento y el aumento de la presión dentro del abdomen desencadenado por embarazos y, sobre todo, por obesidad. De hecho, la mayoría de las personas con sobrepeso que tienen hernia de hiato mejoran cuando alcanzan el peso adecuado. La posición de tumbado con el estómago lleno también favorece el reflujo gastroesofágico.
El síntoma fundamental de la hernia de hiato es la acidez o pirosis, que es el que produce el esófago al quemarse con el ácido del estómago (sensación de ardor). No obstante, también puede ocasionar dolor torácico detrás del esternón, el ascenso del ácido hasta la boca, dificultad para tragar, ronquera, afonía, tos y mal aliento.
Diagnóstico de la hernia de hiato
En cuanto a las pruebas diagnósticas, la gastroscopia es el método más sensible y fiable, ya que permite ver las posibles lesiones en el interior del esófago. Igualmente, se explora el estómago y el duodeno y también se recurre al estudio digestivo con bario, para valorar el reflujo.
También se puede diagnosticar a través de una Phmetría esofágica (examen que indica la cantidad de ácido que se concentra en el esófago procedente del estómago) o mediante la manometría esofágica (una prueba que mide la fuerza con que se contrae el esófago).
El tratamiento del reflujo gastroesofágico depende de la intensidad de los síntomas y de los resultados de las pruebas diagnósticas. En casos leves, suele ser suficiente con tomar medidas dietéticas y posturales, comer despacio, más frecuentemente y en menor cantidad, elevar el cabecero de la cama, dejar transcurrir unas dos horas entre la cena y el momento de acostarse, y bajar peso.
Fármacos eficaces contra la hernia de hiato
Se utilizan dos tipos de fármacos en el tratamiento de la hernia de hiato. Los que neutralizan la acidez gástrica por contacto directo actúan al instante pero su duración es corta. Por el contrario, otros impiden la secreción ácida de las paredes del estómago. Tardan en actuar, pero los efectos duran casi 24 horas. Otros fármacos procinéticos (facilitan el tránsito estomacal e intestinal) vacían más rápido el contenido gástrico y se usan junto a los anteriores.
Pese a la eficacia de las medicinas en el alivio de los síntomas del reflujo, es imprescindible el asesoramiento médico, ya que su efecto puede eliminar los síntomas de úlceras y otras enfermedades graves del aparato digestivo.
Tratamiento quirúrgico de la hernia de hiato
El tratamiento quirúrgico consiste en crear una válvula, o mecanismo antirreflujo en el estómago. En la mayoría de los casos, se realiza por laparoscopia: se introduce una lente en el abdomen que permite operar sin necesidad de abrirlo. La intervención suele durar aproximadamente una hora y el paciente puede ser dado de alta a las 24 horas.