El herpes labial es una infección vírica producida por el virus del herpes simple tipo 1. La mayoría de la población se infecta generalmente en la infancia, tras el contacto con una persona que tenga lesiones activas –la típica calentura– o sea portadora asintomática del virus. Por suerte, esta primoinfección (primera vez que se entra en contacto con el herpes) no
presenta síntomas en la inmensa mayoría de las ocasiones y no provoca ningún tipo de lesión. Sin embargo, el virus se queda latente en el organismo y se puede reactivar posteriormente.
En los pocos casos en los que esta primera infección produce manifestaciones clínicas, éstas pueden llegar a ser severas, sobre todo la gingivoestomatitis herpética de los niños pequeños. Se trata de llagas dolorosas en los labios, la lengua, las encías y el interior de la boca que generalmente, con el tratamiento adecuado, se curan en dos semanas. Estas molestias al tragar son tan intensas que es posible que los pequeños no quieran comer ni beber.
Síntomas del herpes labial
Las reactivaciones, en cambio, suelen ser mucho más leves. Los síntomas comienzan
habitualmente con un ligero picor o escozor en la zona (pródromos) que da paso en 24 o 48 horas a la aparición de un grupo de vesículas –lesiones con líquido en su interior– en forma de racimo en el labio (más frecuente en el inferior). Al cabo de un tiempo se secan hasta convertirse en costras. El proceso total suele durar entre 7 y 10 días.
Causas del herpes labial
Las causas más frecuentes de la reactivación del virus son:
- quemaduras solares en la cara,
- estrés
- fiebre producto de alguna enfermedad como, por ejemplo, la gripe
Por lo tanto, son más frecuentes en verano y si se hacen actividades en la nieve –por la exposición al sol–, así como en las estaciones más frías del año.
El herpes labial típico es un proceso leve, que se cura sin mayores problemas y raramente suele extenderse por toda la piel o afectar a otros órganos del cuerpo. En esas ocasiones hay que acudir al médico para que lleve a cabo la prescripción más adecuada. De hecho, solo se suelen tratar los casos muy sintomáticos o a pacientes cuyo sistema inmunológico está comprometido por otra enfermedad (cáncer, sida, etc.).
Herpes labial: tratamiento
Es importante comenzar el tratamiento lo antes posible –dura de 5 a 7 días– porque acorta mucho el proceso. A veces, también se trata a los pacientes que sufren muchos episodios al año. Se les administran medicamentos antivirales activos como aciclovir, valaciclovir o fanciclovir, por vía oral.
Como ocurre siempre, la prevención es la mejor aliada. Para evitar infectarse se recomienda:
- no besar a niños si se tienen lesiones activas,
- lavarse a menudo las manos
- evitar contactos físicos ante la más mínima sospecha.
Especialista en Dermatología de IMQ