El adulto medio respira más de 15 m3 de aire cada día. Aunque la contaminación ambiental es a menudo invisible, sus efectos en la salud pueden ser graves, especialmente en los pulmones, corazón y otros órganos sistémicos, así como en el desarrollo del feto. Los seis contaminantes más peligrosos para la salud son: el nitrógeno, el ozono, las partículas en suspensión (PM), el dióxido de azufre, el monóxido de carbono y el plomo.
Entre los contaminantes ambientales, los óxidos de nitrógeno (NO2) son los que más muertes provocan en España (aproximadamente 6.000 al año), seguidos de las partículas en suspensión (2.600 muertes anuales) y el ozono troposférico, con más de 500. Sumados a otros contaminantes atmosféricos, la cifra de mortalidad asociada a la contaminación del aire supera las 10.000 personas al año, siendo la cuarta causa de muerte en el mundo.
Los síntomas pulmonares
Los síntomas pulmonares que se pueden ver inmediatamente después de la exposición a altos niveles de contaminación incluyen la irritación de las vías respiratorias; además, las personas sanas pueden sentir picor de nariz o tener tos, pero son síntomas que no revisten a priori importancia y que pueden ser muy puntuales.
Las exposiciones medioambientales en la embarazada pueden aumentar el riesgo de parto prematuro y de bebés nacidos con baja talla para su edad gestacional, que son los principales factores de riesgo para las enfermedades respiratorias crónicas, las consecuencias conductuales del desarrollo neurológico, la hipertensión y la enfermedad cardiovascular, la obesidad, la diabetes, y el cáncer.
La baja función pulmonar producida por exposiciones medioambientales durante el desarrollo fetal, la infancia y al inicio de la edad preescolar, puede aumentar el riesgo de desarrollar una enfermedad respiratoria aguda en la infancia (infecciones respiratorias) e imponer de por vida un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad respiratoria crónica.
Para reducir la exposición a la contaminación del aire podemos:
- En invierno, evitar caminar por calles concurridas con polución ambiental derivada del tráfico.
- En verano, los niveles de contaminación son mayores en días cálidos y soleados. Cuando se den estas circunstancias, puede ser conveniente el evitar las actividades dinámicas al aire libre, o realizarlas por la mañana, cuando la contaminación suele ser menor.
- Se recomienda limitar el uso de combustibles contaminantes en el hogar, como en la cocina y la calefacción.
- Utilizar mascarillas los días de alerta por contaminación, en especial las personas con enfermedad pulmonar crónica (asma y EPOC).
Asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y cáncer
El asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son las patologías más agravadas por la mala calidad del aire y afectan especialmente a enfermos crónicos, embarazadas, ancianos/as y niños/as. Los días en los que los índices de contaminación superan los límites establecidos aumentan los ingresos hospitalarios, las consultas médicas y las atenciones en urgencias, especialmente de los enfermos crónicos respiratorios: asmáticos y pacientes con EPOC.
El asma, que ya es una enfermedad de gran impacto a nivel mundial, ha experimentado en las últimas décadas un incremento de prevalencia en los países industrializados que puede oscilar entre 8 y el 10 % de la población. Según los expertos, este crecimiento se debe a una mejora de las técnicas y criterios diagnósticos, pero también a la influencia de la contaminación ambiental. En este sentido, los contaminantes pueden actuar agravando la enfermedad en pacientes con asma o ser la causa de la misma.
Por otro lado, las partículas en suspensión son consideradas ya «un cancerígeno de primer orden», y están muy asociadas a tumores pulmonares, de mama y digestivos. En lugares de alta contaminación continuada está constatada una mayor prevalencia de cáncer de pulmón.
Medidas de protección
Respecto al uso de mascarillas, existe una gran diversidad y dependiendo del grosor de las partículas a las que estamos expuestos no resultan de utilidad. En el caso de pacientes con enfermedad pulmonar crónica, la mejor prevención es evitar exponerse los días de mayor contaminación. Para ello se puede consultar en las páginas web que ofrece el departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco.
Dra. Isabel Urrutia
Neumóloga de IMQ