La articulación del hombro consta de una serie de distintas articulaciones, tendones y músculos que permiten la realización de un amplio rango de movimientos. Por la propia conformación anatómica se trata de una articulación inestable, por lo que los distintos componentes de partes blandas le dan cierta estabilidad. Cabe destacar el manguito rotador, constituido por distintos componentes ligamentosos y musculares, que dan estabilidad y permiten distintos movimientos de la articulación. En este artículo hablaremos sobre las principales lesiones de hombro, su tratamiento y prevención.
Así, a groso modo, diferenciamos 4 causas diferentes de patología en la articulación del hombro:
Se produce por afectación de partes blandas, como son las bursas o tendones. Frecuentemente, se produce por estrés mecánico, acrecentado si el problema se perpetúa en el tiempo.
Por todo ello y favorecida por distintas morfologías óseas como puede ser un acromion algo ganchoso, se produce un proceso local de dolor que se asocia a la dificultad de movimiento.
Es frecuente en gente activa o con práctica deportiva, donde hay una salida de húmero con escápula y salida de la cabeza humeral. La afectación más frecuente es la luxación anteroinferior de hombro, dejando las luxaciones posteriores para traumatismos de gran virulencia o en ataques epilépticos. Si la pérdida de contacto es parcial, se habla de subluxación, frecuentemente visto en consulta como sensación de holgura o chasquidos en articulación de hombro.
Con el paso del tiempo y/o por tareas repetitivas, se van desgastando los distintos componentes articulares, con pérdida de sus características funcionales. Así, el cartílago se va fragmentando, los ligamentos pierden sus propiedades de elasticidad. También lo facilitan antiguas fracturas.
Bien sea en húmero proximal, clavícula o escápula. Se producen por lesiones de alta energía, asociando por ello lesiones en partes blandas, nervios locales.
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En este tipo de lesiones previamente descritas, es muy importante la exploración y la historia clínica del paciente, detallando el inicio y el modo de aparición de los síntomas, los movimientos que reproduce los distintos signos clínicos.... dejando las pruebas de imagen como las rayos x, ecografía (funcional) y/o resonancia magnética para confirmar la patología.
En el caso de lesiones de hombro agudas, se suele aconsejar un reposo relativo articular, evitando actividades que prolonguen el proceso activo. A ello, se le asocian medidas locales como la crioterapia, y tratamiento antiinflamatorio para disminuir la inflamación local. Siempre se intenta preservar una movilidad de hombro funcional y evitar la llamada capsulitis u hombro congelado, donde las partes blandas locales se constriñen a la cabeza humeral, produciendo el característico cuadro clínico de dolor y limitación funcional progresiva. Algunos cuadros agudos de tendinitis o bursitis agudas, pueden simular este cuadro clínico, pero a diferencia del anterior, la movilidad pasiva, aun siendo dolorosa, se mantiene libre. También se aprecian cuadros similares en las tendinitis calcificantes, donde prima un dolor intenso de predominio nocturno.
Para prevenir este tipo de lesiones, se aconseja:
Por todo ello, ante cualquier daño a nivel de la articulación del hombro, que con estos sencillos consejos no mejore, será necesaria la valoración médica.
Especialista en Rehabilitación y Medicina Física del Centro IMQ Ajuriaguerra