La investigación en oncología es un campo en constante evolución. De hecho, es sorprendente el ritmo al que un descubrimiento concreto sobre la biología de un tumor se traduce en un nuevo fármaco que explota esa característica de la enfermedad. En los últimos años, se ha avanzado mucho en el conocimiento del comportamiento de los diferentes tipos de cáncer, así como en la clasificación molecular de varios de ellos, lo que da idea de por dónde se deben ir buscando nuevos tratamientos.
Asimismo, se conocen más ‘dianas terapéuticas’, es decir, moléculas en las células tumorales en las que, si se aplica un medicamento específico, se conseguirá que la patología responda, mejore, disminuya o desaparezca.
Inmunoterapia, un gran avance en oncología
La nueva inmunoterapia ha supuesto uno de los mayores avances en el campo de la oncología, con la particularidad de que estos fármacos actúan contra una gran variedad de tumores. Hace menos de 10 años empezaron los primeros trabajos en esta línea y ahora hay muchos estudios en marcha con un buen número de medicamentos nuevos con resultados muy prometedores. Además, algunos de los pacientes que responden a estos tratamientos lo hacen de forma mantenida en el tiempo.
En el cáncer de mama, por ejemplo, como parte del diagnóstico, se utiliza un estudio de subtipos moleculares que permite en algunos casos evitar el tratamiento con quimioterapia. Esto es posible gracias a que se distinguen tumores más sensibles al procedimiento hormonal. También ha habido este tipo de avances en las patologías oncológicas de pulmón, riñón, melanoma, linfomas…
En el otro lado de la balanza, los tumores menos frecuentes presentan más dificultades para su control porque los estudios necesitan de un número de pacientes suficiente para demostrar un desarrollo o que un fármaco es mejor que el anterior. Por otra parte, estos progresos no se producen de manera homogénea en todos ellos. Hace unos 5 años surgieron varios medicamentos para el cáncer de próstata, casi todos a la vez, pero tendrán que pasar algunos años hasta el siguiente avance. En el de pulmón, por el contrario, se están dando grandes pasos en áreas de trabajo concretas, pero aún queda tarea por hacer.
Radioterapia más eficaz
Sin duda, la tecnología es la base de todo ello. Si la biología tumoral y los nuevos fármacos han sido de gran importancia, es fundamental que el tratamiento con radioterapia sea ahora mucho más preciso, dirigido directamente al tumor y con mejor protección de los tejidos sanos de alrededor.
Los equipos de diagnóstico también cuentan con técnicas de imagen más sensibles para ver mejor las células dañadas, sin olvidar la medicina nuclear, con nuevos radioisótopos, que además de proporcionar una visión de más calidad pueden servir como tratamiento, llamado teranóstico.
Dr. Ricardo Fernández Rodriguez
Responsable de Oncología de la Clínica IMQ Zorrotzaurre