La ortodoncia es una especialidad de la odontología que se ocupa de la prevención, estudio y corrección de problemas del desarrollo y crecimiento de los maxilares y dientes. El objetivo final es conseguir una relación maxilofacial armónica, funcional y estética para obtener la mejor función masticatoria posible mejorando, a su vez, la apariencia de esta zona del rostro.
Los tratamientos de ortodoncia han experimentado un gran auge al ofrecer múltiples alternativas que provocan menos molestias. Gracias al avance en la salud bucodental, ha disminuido la cantidad de tratamientos invasivos, como obturaciones, endodoncias o extracciones, dando una mayor importancia a la prevención. Por esa razón, la ortodoncia está en auge ya que permite corregir problemas a una edad precoz, mejorando el pronóstico de muchas maloclusiones o problemas esqueléticos.
Actualmente se priorizan los tratamientos interceptivos, que ayudan al correcto desarrollo de los niños y hacen que, en caso de necesitar una segunda fase de ortodoncia, ésta sea mucho más sencilla y de menor duración. Respecto a los adultos, también ha aumentado el número de pacientes debido a que se han incrementado las posibilidades de recibir un tratamiento de forma casi imperceptible.
¿Cuándo colocar ortodoncia?
En los niños, lo ideal sería empezar las visitas al ortodoncista alrededor de los cinco o seis años. Será él quien marque a partir de entonces todas las revisiones necesarias. Los problemas a tratar de forma más temprana –en cuanto se diagnostiquen, a menos que los menores sean demasiado pequeños para colaborar– son las mordidas cruzadas por maxilares muy estrechos y cuando la mandíbula es de mayor tamaño que el maxilar. Muchos de ellos están relacionados con hábitos como chuparse el dedo o el chupete de forma prolongada o mantener una deglución infantil interponiendo la lengua entre los dientes, así como problemas de amígdalas.
Pese a que los principios de esta especialidad siguen siendo los mismos, ha habido grandes avances que han permitido aumentar las alternativas y disminuir el tiempo de tratamiento y las molestias. Las ortodoncias se dividen en dos grandes tipos: removibles –utilizadas principalmente en niños– y fijas (brackets). Es importante consultar con el ortodoncista acerca de las diferentes opciones terapéuticas, ya que no todas ellas sirven para tratar todos los casos.
Por último, recordar que una de las partes fundamentales de los tratamientos de ortodoncia viene una vez que se retira; si al terminarlo los pacientes no siguen las indicaciones del especialista aparecerán las temidas recidivas. Y es que los dientes tienen a su alrededor unas fibras que tienden a llevarlos a su posición de origen. Para evitarlo, se deben usar retenedores, fijos o removibles, según las instrucciones proporcionadas.