Pediatra en los centros IMQ Zurriola e IMQ Teknia Irún
El peso de los niños, junto con la talla, son dos parámetros muy importantes que nos hablan de su ritmo de crecimiento. Si bien se trata de mediciones que se deben interpretar dentro de un contexto, hay varias pautas precisas que los médicos conocen muy bien. De esto y mucho más te hablaremos en el artículo.
¿Cuál es el peso idóneo para cada niño?
Pesar y medir al recién nacido es una de las primeras acciones que realizan los pediatras para conocer su estado de salud, y los resultados servirán de base para los futuros controles. La herencia y la vida intrauterina son determinantes en esta etapa, mientras que la alimentación lo será más adelante.
El peso promedio de los bebés al nacer ronda los 3 kilos, con un límite de 4. Si está por encima, se habla de macrosomía fetal, la cual se relaciona con un mayor riesgo de sufrir obesidad o síndrome metabólico. Cuando es menor a 2,5 kilos, estamos ante un diagnóstico de bajo peso al nacer, o crecimiento intrauterino retardado (CIR).
Has de saber que no se trata de un progreso lineal, porque hay momentos en los que se produce de una forma más rápida, y que las tablas son solo orientativas. Lo esencial es que haya un crecimiento sostenido. Si en un lapso dado la evolución se detiene, se puede deber a una enfermedad o a uno de los distintos tipos de trastornos alimenticios.
Antes de los 2 años
En esta etapa, el parámetro que se utiliza es el percentil, una medida que nos permite situar un valor dentro del grupo de la misma edad. Las mediciones más frecuentes según la Organización Mundial de la Salud se encuentran entre los percentiles 15 y 85, que reflejan el crecimiento esperado.
Hay que tener en cuenta que ese dato, por sí solo, no determina el estado de salud del niño, porque representa únicamente una comparación basada en las estadísticas. Por otra parte, el bebé gana peso de una manera muy acelerada durante el primer año de vida. Como norma general, los datos son los que verás a continuación:
- Primer trimestre de vida: Aumento de entre 750 y 900 gramos al mes.
- Segundo trimestre: Entre 500 y 600 gramos mensuales.
- Tercer trimestre: 350 a 400 gramos al mes.
- Cuarto trimestre: El promedio se sitúa entre 250 y 300 gramos.
Después de triplicar su peso al nacer en el primer año, en el segundo año el incremento se hace más lento. Lo habitual es que sea de 1 kilo trimestral hasta los 18 meses de edad y de medio kilo por trimestre el resto del periodo.
Entre los 2 y los 5 años
En esta etapa, el modo de medir la talla es distinto y ya no se emplea la longitud sino la estatura. La razón es que la mayoría de los niños ya pueden ponerse de pie. Además, las proporciones del pequeño cambian considerablemente: el abdomen es ahora menos prominente, las curvas de la espalda son menos acentuadas y los miembros se hacen proporcionalmente más largos.
Se estima que la ganancia promedio de peso es de 2 kilos por año y, a los 5 años, la estatura suele ser el doble de la longitud al nacer. Estas son algunas medidas que pueden servirte de orientación:
- A los 3 años: 14 kilos y 96 centímetros.
- A los 4 años: 16 kilos y 103 centímetros.
- A los 5 años: 18 kilos y 110 centímetros.
En los mayores de 5 años
En esta fase se usa el índice de masa corporal (IMC) y los resultados se comparan con los percentiles. El crecimiento es un poco más rápido que en la anterior y el aumento de peso esperado es de 2,4 kilos por año. El IMC ayuda al pediatra a determinar si hay tendencia a subir de peso y te indicará qué es lo mejor para comer.
La obesidad infantil empeoró en Euskadi a raíz de la pandemia y la sufren el 5 % de las niñas y el 8 % de los niños. Estos son los percentiles que se utilizan como guía para determinar si el niño padece alguno de los tipos de obesidad:
- Por debajo del percentil 5 sugiere bajo peso.
- Un percentil entre 5 y 84 indica que el peso es saludable.
- Si se sitúa entre 85 y 94, probablemente hay sobrepeso
- La obesidad se relaciona con un percentil superior a 95.
La talla y el peso de los niños tiene un progreso diferente según la etapa de crecimiento: es muy rápido en el primer año de vida para hacerse más lento después. Aunque constituyen parámetros esenciales para conocer la evolución del desarrollo, por sí solos no representan un indicador que descarte o confirme la presencia de algún tipo de trastorno. Confía en tu pediatra para que te proporcione una información completa y detallada acerca de su estado de salud.