La neoplasia, o tumor maligno de próstata, es uno de los tipos de cáncer más frecuentes entre los hombres, una patología cuya incidencia aumenta progresivamente con la edad. Aún así, es importante tener en cuenta que los índices de supervivencia actualmente son altos y continúan aumentando de forma significativa, gracias entre otras cosas a la detección precoz y a la mejora en los tratamientos. Existen ciertos signos que pueden indicar la aparición de esta enfermedad, ante los cuales siempre debemos consultar a nuestro médico.
¿Qué es el cáncer de próstata?
La glándula prostática es un órgano que forma parte del aparato reproductor masculino, está situado junto a la vejiga, justo encima del recto, y su función es la de producir el líquido que forma el semen. A partir de cierta edad, entre los 50 y los 60 años, es normal que la próstata comience a aumentar de tamaño, pero existen diferentes patologías que pueden provocar un crecimiento anormal de la misma y que debemos vigilar. Una de ellas es el cáncer de próstata, que se da cuando en esta glándula aparecen células tumorales que se reproducen de forma incontrolada, con el potencial de invadir tejidos sanos a su alrededor o proliferar en otras partes del organismo.
¿Cuáles son los factores de riesgo de padecer cáncer de próstata?
Existen una serie de factores de riesgo que se relacionan con la aparición y el desarrollo del cáncer de próstata en el hombre:
Edad
Este, es el principal factor de riesgo en el desarrollo de esta neoplasia. Habitualmente, la incidencia empieza a aumentar a partir de los 50 años, y lo hace de forma progresiva, llegando a detectarse casi 2 de cada 3 casos, en varones por encima de 65 años. De ahí la importancia de comenzar a realizar revisiones rutinarias a partir de esta edad.
Antecedentes familiares
Entorno al 10-20% de los nuevos diagnósticos tienen un componente hereditario y familiar. Se ha comprobado que los hombres que tienen familiares de primer grado -padres o hermanos- diagnosticados con cáncer de próstata tienen el doble de probabilidades de desarrollar esta patología respecto a la población general. Es por ello importante consultar con su urólogo si conoce algún caso de cáncer en su familia.
Grupo poblacional
Los estudios en cáncer de próstata muestran que la incidencia de esta patología varía en gran medida en función de la raza y los factores biológicos ligados a grupos poblacionales. Los varones negros tienen más probabilidades de desarrollar este tipo de cáncer frente a los blancos, mientras que en hombres de ascendencia asiática las tasas de incidencia de este tumor son más bajas.
Dieta
Si bien la alimentación no es un factor determinante, diversos estudios indican una posible relación entre el consumo elevado de grasa animal y el aumento en el riesgo de padecer cáncer de próstata. Así mismo, también la obesidad y el sedentarismo, se ha relacionado en varios estudios con la aparición de algunos tipos de tumores de evolución más agresiva, al igual que en otro tipo de cánceres . De esta forma, una dieta equilibrada y la actividad física diaria son hábitos preventivos muy aconsejables.
Síntomas relacionados con el cáncer de próstata
Habitualmente, esta patología no presenta síntomas en sus fases iniciales y en muchas ocasiones se detecta en los chequeos periódicos que se realizan ya de forma habitual la mayoría de los hombres. Es gracias a estos controles, que poco a poco la población masculina se ha concienciado en realizar como parte del cuidado y prevención de su salud, que el tumor se detecta ahora en fases más tempranas que hace unos años, posibilitando el tratarlo de forma más precoz y adecuada y con unas tasas de supervivencia y curación muy altas a día de hoy. De ahí la importancia en incidir en una correcta prevención y la realización de un control periódico por parte de su urólogo.
Por otra parte, cuando este tumor comienza a dar síntomas, normalmente este ya se encuentra en un estadio más avanzado, y las posibilidades de curación disminuyen. Síntomas como sangre en la orina, cansancio, dolor de huesos, dificultad para orinar, son algunos de los síntomas que nos pueden llevar a pensar en este tipo de tumores, aunque algunos de ellos también aparecen en otro tipo de patologías frecuentes en la próstata como la hiperplasia benigna de próstata (HBP), crecimiento fisiológico, benigno y normal de la próstata que suele ocurrir a partir de la quinta-sexta década de la vida en una gran mayoría de hombres.
Existen otra serie de síntomas que pueden aparecer y deben ser consultados con su especialista en el caso de que se presenten:
- Dificultad para empezar a orinar.
- Flujo de la orina débil y con poca fuerza.
- Necesidad frecuente de orinar, sobre todo por la noche.
- Dolor o escozor al orinar.
- Retención urinaria o sensación de no vaciar completamente la vejiga.
- Sangre en la orina o en el semen.
La mayoría están relacionados con la obstrucción que el crecimiento de glándula provoca en la salida de la orina, dificultando el correcto funcionamiento y vaciado de la vejiga. Es necesario determinar si este crecimiento y consecuente obstrucción se deben por tanto a causas benignas o si por el contrario están provocados por el crecimiento anómalo causado por un tumor en el interior de la glándula prostática. Si aparecen cualquiera de estos síntomas, es importante consultar con el especialista para que este realice un buen diagnóstico y determine el origen de los mismos.
Hablemos de la HBP, Hiperplasia Benigna de Próstata
Como ya hemos comentado, la hiperplasia benigna de próstata (HBP) es la otra entidad que junto con el cáncer de próstata puede afectar de forma frecuente a la glándula prostática, provocando síntomas urinarios y que suele afectar a un importante número de hombres a partir de cierta edad.
Consiste, como hemos comentado, en un crecimiento del tamaño de la próstata pero en esta ocasión de carácter benigno y fisiológico que la mayoría de los hombres desarrollan en menor o mayor medida a partir de los de los 50-60 años. Su origen exacto no está determinado, pero se relaciona con los cambios hormonales que sufre el hombre en esta edad, siendo los síntomas más habituales los relacionados con la dificultad para orinar debida a la obstrucción que provoca este crecimiento.
En los chequeos rutinarios urológicos que se aconseja realizar, aparte de descartar la presencia de cáncer de próstata, se controla la velocidad y el grado de este crecimiento benigno, realizando la medición del volumen prostático mediante una ecografía, así como la aparición e intensidad de los síntomas, y la posibles repercusiones que esta dificultad miccional puede ocasionar no solo en vejiga o riñones, sino también en la calidad de vida del paciente. Solo en ocasiones precisa de un tratamiento médico para frenar o disminuir este crecimiento, y únicamente en casos avanzados puede precisar de cirugías que resuelvan la obstrucción provocada.
Otras patologías que pueden causar síntomas urinarios
Existen otras alteraciones de glándula prostática menos frecuentes pero que también pueden provocar la aparición de síntomas urinarios. Una de ellas es la prostatitis o inflamación de la próstata, una afección que puede presentarse a cualquier edad y que habitualmente tiene su origen en una infección de orina que alcanza la glándula prostática. En estos casos, la sintomatología incluye tanto la dificultad para orinar como escozor o dolor durante la micción, fiebre, malestar general y en ocasiones también puede provocar sangrado en la orina o el semen. Precisan habitualmente de un tratamiento antibiótico prolongado que debe ser supervisado por su médico.
Hemos repasado en este artículo las patologías más frecuentes que pueden desarrollarse en la próstata, así como los síntomas y signos que pueden provocar. Así mismo hemos visto cómo algunos de ellos pueden estar relacionados con el cáncer de próstata pero no son exclusivos de él y que también pueden presentarse en otras patologías, por lo se hace necesario que un profesional especialista en urología realice las pruebas necesarias para determinar su origen, el diagnóstico de los mismos y valore o no la necesidad de tratamiento. En cualquier caso, la medida más eficaz frente a estas patologías es la detección precoz mediante controles periódicos.
Urólogo de IMQ