Todavía son muchas las mujeres que no disfrutan de un encuentro carnal debido al arraigo de ciertos tabúes sobre la sexualidad femenina. Mitos que aún hoy en día siguen vigentes y sobre los que conviene arrojar un poco de luz y conocimiento.
Conocer tu propio cuerpo es imprescindible para poder disfrutar del sexo sola, o en compañía. Sin embargo, son muchos los mitos y tabúes sobre la sexualidad femenina que en muchos casos impiden que esto ocurra, aún habiendo alcanzando la mujer un mayor empoderamiento en los últimos años.
A continuación recopilamos 8 mitos y tabúes sobre la sexualidad femenina con los que debemos terminar y que pueden estar condicionándote e impidiéndote disfrutar al 100% de tus encuentros sexuales.
El himen no se rompe
Comencemos por el principio. La rotura del himen. No, el himen no se rompe cuando una pierde la virginidad. La falsa creencia de que es una especie de muro que hay que derribar hace que muchas mujeres primerizas tengan miedo a ese primer encuentro y que los hombres crean que hay que derribarlo con firmeza.
El himen, en realidad, es una fina membrana que cierra el orificio superficial de la vagina y que presenta cierta abertura para permitir paso a la menstruación o que permite, por ejemplo, el uso de tampones. Por lo tanto, es un orificio que se agranda.
El orgasmo no solo se alcanza a través de la penetración
La realidad es que se puede alcanzar el orgasmo femenino de varias formas. No es imprescindible la penetración, ni un pene grande.
De hecho, el 70% de las mujeres experimenta el orgasmo sin la necesidad de penetración y es más fácil de alcanzar estimulando directamente el clítoris gracias a sus más de 8.000 terminaciones nerviosas, e incluso estimulando la mente a través de fantasías y relatos.
En este sentido, podemos diferenciar entre orgasmo vaginal y clitoriano. Lo ideal es ir conociéndote y comprobando si te resulta más fácil llegar al orgasmo con la penetración o, por el contrario, a través de la estimulación del clítoris. Lo que a su vez podrás comunicar a tu pareja para que sepa lo que realmente te gusta y no lo que él o ella cree que te resulta placentero.
El sexo oral te da reparo
El sexo oral es una de las prácticas sexuales que más escrúpulos despierta, pero también una de las más satisfactorias para mujeres y hombres en los preliminares.
Para poder disfrutar de esta práctica siempre conviene mantener una buena higiene para evitar, en la medida de lo posible, olores, texturas, etc. El uso del condón o la barrera bucal, no solo es recomendable para prevenir ETSs, sino también conveniente para paliar los escrúpulos de esta práctica.
Las mujeres también se masturban
Tal vez alguna vez hayas oído eso de “las mujeres son más frías que los hombres”, “los hombres son más sexuales” o te hayas sorprendido ante la idea de que una mujer se masturbe. Pero la realidad es que hay mujeres que se masturban, al igual que los hombres, y son tan sexuales como cualquiera de ellos.
Es cierto que muchas mujeres, ya sea por vergüenza o falta de intimidad, no dedican unos minutos a experimentar con sus genitales y encontrar sus zonas de placer. Lo cual pone en evidencia la necesidad de derrocar estos tabúes para ser capaces de hacer un mapa sexual de nuestro cuerpo. De este modo aprendemos a disfrutar en soledad, y nos conocemos mejor para disfrutar también en pareja.
Una mujer también puede tomar la iniciativa en el sexo
Otro gran mito es el de que la mujer no suele iniciar la relación sexual. Una mujer no solamente puede hacerlo, sino que debe. La rutina puede matar la relación sexual, es importante que también haya ocasiones en las que la mujer tome las riendas; además, se sentirá más sexy, atractiva y seductora.
Culturalmente, la mujer siempre ha estado condicionada por la iniciativa del varón, teniendo que asumir una actitud pasiva y complaciente. Si es tu caso y rompes con esta mentalidad, no solo tendrás una vida sexual más activa y placentera, sino que además el acto sexual será espontáneo y el hombre no padecerá la presión de tener que llevar siempre la voz cantante.
Hoy en día son numerosas las formas de diversidad sexual: asexual, demisexual, grisexual… Tan solo tienes que ser fiel a aquella con la que te identifiques.
Vergüenzas y complejos
Aunque ya hemos nombrado unos cuantos, la gran mayoría de los mitos tienen que ver con las vergüenzas y complejos de cada una. “No me gusta mi cuerpo”, “no me he depilado”, etc. Una manera de evitar esta clase de tabúes es aprender a quererse una misma tal y como es. Esta en tu mano romper con estas auto-imposiciones y exigencias que te impiden disfrutar de tu sexualidad.
Además, en lo que concierne a la depilación del vello público, esta práctica entraña riesgos y no es del todo saludable.
El placer se encuentra solo en los genitales
Falso. Las zonas erógenas de una mujer son numerosas y variadas: la cara interna de los muslos, los pezones, la boca, las orejas o el cuello, entre otras. Es más, algunas mujeres aseguran haber llegado al orgasmo solamente con estas prácticas o haber practicado sexo tántrico.
Se puede mantener relaciones sexuales cuando se tiene la menstruación
Y el último gran mito está relacionado con mantener relaciones sexuales cuando se tiene la menstruación. Una decisión muy personal, ya sea por una cuestión de higiene o por el malestar ligado a estos días.
Sea cual sea, no es cierto que no convenga o sea perjudicial. De hecho, mantener relaciones sexuales con la regla tiene su ventajas.
Por ejemplo, muchas mujeres aseguran sentir un mayor deseo sexual cuando tienen la regla; esto se debe a que desde el primer día que te baja la regla hasta más o menos el día 14, los niveles de estrógeno se mantienen muy elevados.
También, aseguran que practicar sexo con la regla puede mitigar el dolor derivado de la menstruación gracias a la producción de endorfinas durante el orgasmo.
Además, como decíamos con anterioridad, no todo debe resumirse al coito y existen muchas otras variantes del sexo, que puedes poner en práctica durante esta época del ciclo menstrual.
Ahora que ya conoces los mitos sobre la sexualidad femenina solo te queda disfrutar de tus relaciones sexuales con el método anticonceptivo que mejor se adapte a tus necesidades y evitar, además de un embarazo no deseado, enfermedades de transmisión sexual.