Trastorno de ansiedad generalizada: síntomas, causas y tratamiento

La ansiedad cumple una función adaptativa, es decir, es una señal de alerta de nuestro sistema nervioso ante la presencia de un peligro. En este artículo hablaremos del trastorno de ansiedad generalizada, de cuáles son sus síntomas, sus causas y posibles tratamientos.

Cuando se afronta un peligro, sea este real o no, se pone en marcha un mecanismo que interfiere en la vida de las personas, se disparan los circuitos reguladores del ánimo y nos encontramos ante los ataques de ansiedad o angustia, también llamados ataques de pánico.

Entre un 3 y un 5% de la población puede padecer este trastorno, que suele aparecer en la década de los veinte años y se da en una proporción mayor entre las mujeres.

Qué es el trastorno de ansiedad generalizada

Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, el trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por la ansiedad y la preocupación en exceso y de forma continuada, es difícil de controlar e interfiere en las actividades del día a día de la persona. El trastorno de ansiedad generalizada tiene afectaciones físicas y en ocasiones se da junto a otros trastornos de ansiedad o depresión.

Síntomas y causas de la ansiedad

Los factores que regulan la ansiedad son múltiples, desde biológicos constitucionales a genéticos, factores intrapsíquicos o interpersonales, así como los derivados de fuentes mantenidas de estrés ambiental o de características muy excepcionales.

Influyen también los estilos de vida que sobrepasan los recursos psicológicos y las estrategias de afrontamiento de las personas, o que someten a nuestro organismo a exigencias que no es capaz de afrontar, surgiendo con ello las crisis de angustia.

Algunos de los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada son:

• Dar demasiadas vueltas a los planes y pensar soluciones para los peores resultados que se pueden dar.
• Tener la percepción de que una situación o evento es una amenaza, también cuando no lo es.
• Dificultad para tratar situaciones de incertidumbre.
• Indecisión y miedo a tomar decisiones erróneas.
• Imposibilidad de dejar ir u olvidar las preocupaciones.
• Imposibilidad de relajarse, nerviosismo y sensación de estar al límite.

A nivel físico, las crisis de ansiedad pueden manifestarse de las siguientes formas:

• Palpitaciones o taquicardia
• Sudoración
• Temblores
• Respiración muy rápida (hiperventilación)
• Tener dificultad para dormir
• Sensación de peligro de muerte, pánico o catástrofe
• Sensación de cansancio y debilidad
• Opresión en el pecho
• Dificultad para respirar y sensación subjetiva de que el aire no llega a los pulmones
• Hormigueos o adormecimiento de las manos

Complicaciones de la ansiedad y consecuencias mayores

En muchas ocasiones estos síntomas conducen al paciente a recorrer a numerosos médicos y especialistas hasta que se detecta el trastorno tras descartar otras patologías cardíacas, pulmonares o tiroideas.

La complicación más frecuente es que, tras la presentación repetida de crisis de angustia, el paciente termine asociando el lugar o situación donde se produjo la crisis con la causa de la misma. Esta asociación lleva a un circuito vicioso de evitación de dichas situaciones o lugares y a restringir totalmente el área de acción del paciente.

Según el caso, se puede dejar incluso de frecuentar los espacios abiertos, lugares con multitudes, recintos cerrados, etc. También la actividad social y recreativa, e incluso la laboral, se ven muy limitadas. Dichas limitaciones generan de forma secundaria cuadros depresivos que complican aún más la situación vital de la persona.

Tratamientos para la ansiedad

Los tratamientos más eficaces son el abordaje psicológico de la ansiedad con terapia psicológica (conversacional) y el uso de fármacos como antidepresivos. Ambos pueden combinarse para que el tratamiento sea más efectivo a corto plazo.

Terapia psicológica para la ansiedad

Este tratamiento se realiza con un terapeuta que tratará de disminuir los síntomas de la ansiedad. La terapia de conducta y la terapia cognitiva y de conducta (CBT) pueden ser muy eficaces para tratar la ansiedad. Este tipo de terapia ayuda a identificar y aprender a controlar las condiciones que desencadenan la ansiedad.

Medicamentos para la ansiedad

Es muy importante no automedicarse, consulta siempre con un médico antes de tomar cualquier medicamento, también en caso de sufrir ansiedad.

• Los antidepresivos se encuentran en el grupo de fármacos que inhiben la recaptación de serotonina y que regulan las crisis de ansiedad.
• Benzodiacepinas. Este grupo de medicamentos trata la ansiedad aguda a corto plazo y se receta en casos concretos ya que puede crear adicción.

Hábitos y otros tratamientos

Entre los hábitos que debemos desterrar y que influyen desfavorablemente para mantener a raya la ansiedad están:

• Evitar el abuso del consumo de café y bebidas que contengan cafeína o teína en dosis altas.
• Evitar algunas sustancias broncodilatadoras pueden producir sensaciones similares.
• Evitar también las drogas psicoestimulantes como la cocaína y las anfetaminas.
• Conseguir un descanso suficiente y adecuado, con las horas de sueño necesarias y una buena rutina del sueño, sin excesivos cambios de ritmo.
• Tener hábitos de actividad física reduce el estrés en la mayoría de personas.
• Técnicas de relajación: Actividades como el yoga, la meditación u otras técnicas de relajación pueden mitigar la ansiedad.

En la medida de lo posible, debemos evitar el exceso de actividad y preocupaciones, aunque no siempre esté en nuestra mano.

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