La varicela es una enfermedad común a nivel mundial causada por el virus Varicela-Zoster. Un 90% de la población la padece antes de los 15 años de edad y es altamente contagiosa. Esta trasmisión se realiza por contacto persona a persona, ya sea por el líquido de las vesículas o por contacto con secreciones respiratorias. Hay riesgo de contagio desde 1 o 2 días antes de la aparición de la erupción hasta 4 o 5 días después. Es, en general, una enfermedad benigna propia de la infancia, con escasas, aunque posibles, complicaciones.
¿Cómo reconocerla?
Puede manifestarse inicialmente con fiebre, malestar general y/o dolores de cabeza, que pueden aparecer hasta dos días antes del exantema en la piel. La varicela se caracteriza por una erupción de vesículas que suele comenzar en la cabeza, extendiéndose a la cara y el tronco en pocas horas y posteriormente al resto del cuerpo. Aunque no es frecuente, estas erupciones pueden llegar a aparecer en mucosas. El número de éstas varía de un paciente a otros siendo de unas decenas hasta centenares. Las lesiones se acompañan muy frecuentemente de picor.
Varicela infantil: ¿cómo evolucionará?
Después de esta fase inicial la fiebre puede estar presente 2 o 3 días. Al cuarto día el número de lesiones se estabiliza y aparece costra donde antes había una vesícula. A partir del sexto o séptimo días el niño deja de ser contagioso, pero las costras aún tardarán unos día más en desaparecer. Una vez el niño haya pasado la varicela será inmune a ella. Inevitablemente algunos virus quedan acantonados en células del sistema nervioso. En algunas personas, después de años, estos virus pueden reactivarse dando origen a un cuadro de herpes zoster.
¿Qué puedo hacer para que esté mejor?
No hay un tratamiento específico para esta patología y debemos mitigar los síntomas al máximo.
Debe evitarse tratar la fiebre con aspirina por el riesgo de una grave complicación llamada síndrome de Reye. Para el control de la fiebre se prefiere el uso de paracetamol.
Buscaremos minimizar el picor para conseguir mayor descanso y evitar el rascado. Este aumentará el riesgo de sobreinfección y la aparición de cicatrices. Se recomienda buena hidratación de la piel, lociones de calamina, ambiente fresco y ropa holgada. Mantener higiene y cuidado de las uñas.
Si el picor es intenso consulta con tu pediatra para valorar el uso de un antihistamínico oral.
Aislamiento
La persona afectada deberá evitar el contacto con personas no inmunes o que desconozcan si han sufrido la enfermedad. Los recién nacidos, los inmunodeprimidos y las mujeres embarazadas no inmunizadas tienen riesgo alto de desarrollar enfermedad grave o complicaciones. Otras personas de riesgo son aquellas que sufren trastornos cutáneos o pulmonares crónicos, en tratamiento crónico con aspirina o corticoides (orales o inhalados).
Dado el gran número de colectivos que podrían afectarse por la exposición, nuestro peque debería evitar la visita a lugares públicos y mantenerse en domicilio el máximo del tiempo. Antes de regresar al colegio debería hacerse una valoración en consulta.
Complicaciones y precauciones: ¿a qué prestar atención?
La varicela, por lo general, no suele presentar complicaciones. No obstante, algunas personas o situaciones requerirán especial atención. En los siguientes casos sería recomendable consultar con tu pediatra o el servicio de Urgencias de Pediatría.
- Lesiones que muestran tumefacción, hinchazón o dolor tras unos días de evolución. Es posible que se hayan sobreinfectado debido al rascado.
- Si su hija o hijo muestra irritabilidad, decaimiento o somnolencia importantes.
- Si aparece durante el cuadro tos importante.
- Si existe fiebre alta que persiste más de 4 días, si la fiebre se inicia 3 o más días tras la aparición de las vesículas o si la fiebre reaparece después de que hubiera desaparecido
- Si además de las vesículas toda la piel está muy roja.
- Menores de 3 meses o mayores de 12 años.
- Cuando su hijo tenga una enfermedad que disminuya sus defensas (leucemia, SIDA) o esté en tratamiento con corticoides orales o inhalados.
- Si sufre brote de dermatitis atópica concomitante.
Prevención
El Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría recomienda la vacunación universal frente a la varicela en la primera infancia con 2 dosis. La primera dosis de vacuna debería administrarse entre los 12 y 15 meses, y la segunda a los 2 o 3 años de edad. Esta vacunación también es recomendable en adultos que no hayan o no sepan si han sufrido la enfermedad. Una buena idea es consultarlo con su médico de familia.
David Belver García
Pediatra de IMQ