Especialista en Pediatría del centro médico IMQ Barakaldo
Aquellos que tenemos hijos sabemos que los vómitos en niños y niñas son más frecuentes de lo que nos gustaría. De hecho, es uno de los principales motivos de consulta pediátrica en el País Vasco. Y, aunque la mayoría de las veces no tienen por qué estar asociados a problemas graves, es importante tratarlos a tiempo y saber cómo actuar para evitar que nuestros pequeños se deshidraten. En este artículo vamos a explicarte cómo actuar cuando tenemos a nuestros niños con vómitos.
Niños con vómitos, ¿por qué sucede?, ¿cuáles son las principales causas?
Cuando niños y niñas comienzan a vomitar es normal que a los padres se nos enciendan todas las alarmas. La mayoría de las veces los vómitos son un síntoma dentro de un cuadro clínico más complejo. Por ejemplo, pueden estar provocados por una infección intestinal, aparecer por culpa de los nervios o por un catarro.
Las principales causas que producen vómitos y fiebre en la infancia son las de tipo infeccioso, como los resfriados, las infecciones urinarias, neumonías, otitis, etc.
La gastroenteritis es, sin duda, una de las infecciones más comunes en las que se presentan vómitos y diarrea en niños. También suele ir acompañada de dolor abdominal (retortijones) y fiebre. No obstante, las causas variarán en función de la edad del pequeño y de su facilidad para vomitar.
Niños con vómitos, cómo actuar
¿Cómo tenemos que actuar y qué debemos hacer primero si nuestro hijo o hija no para de vomitar? A continuación, te traemos una serie de consejos para ayudar a manejar, en casa, los vómitos en niños.
Suministrar líquidos azucarados
Cuando un niño vomita muchas veces se produce un aumento de los cuerpos cetónicos en la orina y en la sangre, que favorecen que el pequeño vomite cada vez más.
Para evitar la cetosis y ayudar a que los vómitos cesen, tenemos que administrar líquidos azucarados, como zumos y leche, en pequeñas cantidades y de manera frecuente para evitar la deshidratación.
Dar cantidades pequeñas
Aunque el niño tenga mucha sed debemos darle los líquidos poco a poco. Si toma un vaso de agua o cualquier otro líquido de un tirón, lo más probable es que vomite de nuevo. Podemos probar ofreciéndole cantidades pequeñas con ayuda de una cuchara sopera o bien con una pajita. Si vemos que la tolerancia es aceptable, se puede aumentar la ingesta de líquido poco a poco.
Utilizar soluciones de rehidratación oral
En caso de que el niño no pare de vomitar, se aconseja esperar media hora antes de reiniciar la tolerancia. En este caso, lo mejor es utilizar soluciones de rehidratación oral para niños, como el suero, que se pueden encontrar en la mayoría de las farmacias.
Lo normal es empezar suministrando 100 ml de suero en reducidas dosis. Por ejemplo, 5 ml cada 10 minutos durante los 30 primeros minutos e ir aumentando la cantidad poco a poco si lo acepta bien.
No forzar al pequeño a comer
Cuando el pequeño ya tolere los líquidos, podremos empezar a ofrecer los alimentos sólidos. Sin embargo, nunca deberemos forzarlo a que coma si no tiene ganas. Es primordial que respetemos su espacio y hagamos de su recuperación un proceso fácil.
Cuando quiera comer, lo mejor será que le demos cantidades pequeñas, para asegurarnos de que lo mastica bien para favorecer su digestión. La clave será ir observando en todo momento cómo se siente durante la ingesta de alimentos.
Sin remedios caseros ni refrescos
Es mejor que evites la típica limonada alcalina casera, ya que podemos cometer errores en las cantidades y provocar mayores problemas en el pequeño. En este mismo sentido, también es importante no recurrir a los refrescos comerciales y las bebidas para deportistas.
Cuidado con los medicamentos
Actualmente existen una gran serie de medicamentos específicos para cortar los vómitos y la diarrea infantil. De todos modos, su uso solo está recomendado bajo la recomendación y supervisión del pediatra.
Puntos clave a recordar
Controlar el vómito en niños desde el primer momento es vital para evitar el riesgo de deshidratación, que aumenta cuanto más pequeño es el niño, y siendo más frecuente en menores de 3 años.
Lo normal es que, en un par de días y con los cuidados adecuados en casa, los vómitos desaparezcan. No obstante, acudiremos al pediatra o a urgencias si el niño no consigue tolerar líquidos pasado este tiempo, si orina poco, llora sin lágrimas, tiene los ojos hundidos o está muy decaído e irritable. Si es menor de 4 meses y presenta vómitos y fiebre, siempre será indispensable consultar a un especialista.