Es conveniente que niños y niñas se acostumbren a esforzarse para conseguir las cosas que desean, y que sean una consecuencia de su conducta, esfuerzo, responsabilidad y cumplimiento de las normas. Aprenden a manejar cantidades reales que pueden ayudarles a identificar el valor material de las cosas, aprenden a controlar los gastos, administrar su pequeña economía, etc.
Cabe destacar que no existe una edad concreta de cuándo empezar a dar la paga. Va a depender del niño y de las circunstancias que le rodean. Pero los 8 años es una buena edad para que aprendan a administrar y gestionar su pequeña economía, ayudándose del conocimiento matemático, sumar y restar, que aprenden en la escuela.
Cada familia deberá establecer la cantidad económica y la periodicidad, teniendo en cuenta tanto las circunstancias personales de sus hijas e hijos como las posibilidades económicas familiares.
Una gestión adecuada por parte de los padres de la paga que otorgan a sus hijos debe ayudar a las niñas y niños a valorar más lo que tienen, a conocer que todo lo que les compramos supone un esfuerzo y una adecuada gestión de la misma les ayudará en un futuro a saber ahorrar y gestionar mejor sus gastos.
Por otro lado, es importante recalcar que quitarles la paga no serviría como pauta-castigo para corregir comportamientos ya que es el último recurso educativo y debe utilizarse como método momentáneo, de urgencia. El castigo utilizado en exceso deteriora la relación afectiva, genera ansiedad, antipatía y bloqueo emocional.
En este sentido, dar la paga como recompensa sería una buena opción porque el refuerzo positivo o premio es el mejor recurso educativo, y no hablamos de premios materiales precisamente. Los gestos, elogios, diferentes actividades… son más positivos. Estos refuerzos deben ser sinceros y no como método de chantaje al niño/a, deben ser con una intensidad adecuada y acorde al logro o esfuerzo realizado y describir claramente el comportamiento que se elogia.
Como resumen, lo importante es enseñar a nuestros hijos e hijas el valor del dinero. Debemos enseñarles a entender y aceptar las situaciones que puntualmente nos toca vivir, y hacerles partícipes, en su justa medida, de las particularidades familiares.
Psicólogo infanto juvenil en IMQ Amsa