
Especialista en Psicología del Centro Médico IMQ Abendaño
La conducta de los y las adolescentes rebeldes y desafiantes muchas veces desconcierta a quienes conviven con ellos. Los naturales cambios físicos y emocionales de esta etapa de la vida pueden generar comportamientos que conduzcan a conflictos, a veces importantes. Acompáñanos para que conozcas mejor este tema.
Cambios en la adolescencia
La transición hacia el camino de la adultez es una etapa del desarrollo caracterizado por la presencia de grandes ( y a veces abrumadores) cambios, tanto a nivel físico como mental y social.
En primer lugar, destaca la aparición de la pubertad como el momento que va a marcar el inicio de la adolescencia y en la que empiezan a generarse diferentes cambios físicos debidos a la acción del sistema neuroendocrino. A nivel cognitivo, se va adquiriendo capacidad de autogestión, flexibilidad mental, y selección de comportamiento, de cara a organizar sus propios objetivos. El egocentrismo típico del infante cambia a otro caracterizado por “todo puedo” “a mí eso no me pasa”, así como a la sensación constante de ser observado y juzgado.
Pero, sin duda, uno de los hitos psicológicos más importantes de esta etapa vital es la adquisición de una identidad propia separada del resto del mundo, construyendo su propio autoconcepto. Esto, le empuja a tener comportamientos de independencia familiar, así como implicación y pertenencia en sus grupos sociales deseados.
Todo ello hace que el conjunto de cambios, así como las nuevas responsabilidades a las que deben enfrentarse las y los adolescentes, puedan llegar a ser altamente estresantes y difíciles de asumir.
El desarrollo sexual y la relevancia que se da a las opiniones de las amistades son dos factores que se deben tener muy en cuenta. No siempre es fácil aceptar los cambios físicos, y la preocupación por ser parte de un grupo social crea ansiedad. Esto puede llevar al o la adolescente a retar a la familia, a competir y a provocar para forzar los límites.
No obstante, hay otros puntos a considerar en el desafío de la adolescencia dependiendo de la etapa en la que se encuentre:
● Adolescencia temprana: va de los 11 a los 14 años y está marcada por la pubertad, con el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios.
● Adolescencia media: entre los 15 y los 17 años, aparecen conflictos por el antagonismo entre las normas de la familia y la libertad que el adolescente desea.
● Adolescencia tardía: de los 18 a los 21 años (algunos autores marcan desde los 15), se van aceptando progresivamente los valores y límites. Comienzan a asumir actitudes propias de la etapa adulta.
Como supones, estas etapas no se desarrollan siempre igual en cada familia. A veces se prolongan más de lo esperado y puede haber períodos en los que regresan actitudes que parecían superadas.
¿Cómo se comportan los y las adolescentes desafiantes y rebeldes?
La base de esta conducta es el antagonismo, la falta de cooperación y la hostilidad frente a las figuras que representan la autoridad. Puede dirigirse hacia los padres, el personal docente u otras personas que tienen responsabilidad sobre los y las jóvenes.
Para desafiar las reglas de las personas adultas adoptan conductas destinadas a provocar, quebrantar las normas para generar conflictos y reprochar los errores con palabras airadas. Hacer pataletas, desobedecer, ser testarudo, hiriente o mentir componen el patrón de comportamiento.
En la mayoría de los casos, es un patrón de conducta pasajero que no adquiere mayor trascendencia. Sin embargo, la familia y el personal docente deben estar atentos ante la posibilidad de que la situación se torne acentuada o sea persistente.
Qué es el trastorno negativista desafiante
Se trata de una alteración de la conducta intensa y prolongada que puede comenzar antes de la adolescencia o en su primera fase. Entre sus consecuencias, destacan el deterioro del rendimiento escolar de los adolescentes desafiantes y rebeldes, de la adaptación al entorno social, problemas legales o conflictos graves dentro de la familia. Como dato interesante, en 2022 se detectaron 194 hechos delictivos cometidos por bandas juveniles en Euskadi.
En esta situación, necesitarías la intervención de un o una profesional especialista en adolescentes. Algunos de los síntomas del trastorno negativista desafiante son los siguientes:
- Ira, impaciencia e irritabilidad frecuentes.
- Discusiones y desafíos continuos con las personas con autoridad y negativa a cumplir las peticiones o las reglas.
- Culpar a otros de sus acciones.
- Comportamiento molesto, vengativo e hiriente.
¿Qué hacer frente a un o una adolescente desafiante?
Los adolescentes desafiantes y rebeldes pueden hacer perder la paciencia a los adultos y muchas veces se toman medidas contraproducentes. Es fundamental replantear la actitud de padres y madres y valorar el refuerzo positivo en vez del castigo. A continuación, expondremos algunas medidas que pueden resultar efectivas.
El punto medio
Los extremos, ser demasiado permisivo o extremadamente autoritario, no son las mejores posiciones para las madres y los padres. Hay que insistir en las normas realmente importantes de forma consistente, pero priorizando para dejar más libertad en otros asuntos. Elige tus batallas y opta por las recompensas como refuerzo positivo en los demás casos.
No pierdas el control
Reñir o castigar con enfado puede hacer que impongas un escarmiento excesivo o digas algo de lo que te arrepentirás luego. Además, si pierdes el control, tu autoridad sufre un menoscabo. Espera a que el enfado se te pase y toma las decisiones con tranquilidad. Establece reglas claras y realistas. Es importante que explica las consecuencias de su conducta.
Cumple las consecuencias
Al aplicar las consecuencias, estas deben ser proporcionales a la falta. En general, las cosas funcionan mejor cuando se imponen por periodos breves, como unos días. Los excesos pueden traer consecuencias, como que el o la joven escape de casa. Por otra parte, hay que cumplir el señalar y demostrar las consecuencias para mantener tu credibilidad.
Ayuda a tus hijos e hijas a aprender de sus errores
Es fundamental que, además de la restricción impuesta, haya un diálogo con tu hijo o hija, que permita fomentar una comunicación afectiva. Servirá para que conozcas los motivos para exhibir una actitud desafiante en adolescentes. Por otra parte, es el momento ideal para que le hagas ver las consecuencias y aprenda de sus errores.
Así mismo, es importante enseñarles a pedir ayuda, ya que no son conscientes de lo que les pasa y culpan a los demás de todo a lo que se enfrentan. Los demás sufren su comportamiento ya que no pide ayuda o cambia su actitud, a pesar de sentirse mal por el fracaso. Esto puede hacer que baje su autoevaluación empeore y se fomente no solo su propia etiqueta, sino que alimente su hostilidad hacia los demás.
La conducta de los adolescentes rebeldes y desafiantes supone un reto para las personas que cuidan de ellos. Son jóvenes inexpertos y se enfrentan a un mundo que están descubriendo, razones por las que los límites son esenciales. Consulta a tu médico o médica si tienes alguna preocupación respecto a este tema.