Especialista en Oftalmología de IMQ
Las cataratas son consecuencia del envejecimiento natural del cristalino, que es la lente de nuestro ojo, que nos proporciona la capacidad de poder enfocar bien a distintas distancias. Cuando aparece la catarata, el cristalino pierde progresivamente transparencia y se va volviendo opaco, pudiendo llegar incluso a tener un color blanquecino. Como consecuencia la persona pierde la capacidad de ver con claridad.
A partir de los 65 años el cristalino va perdiendo transparencia y también flexibilidad. De ahí que a partir de esta edad sea habitual que empeore la capacidad para poder ver en diferentes distancias. Otros efectos que las cataratas producen en nuestra visión, al margen de la pérdida evidente de agudeza visual, son:
- Alteración de la tonalidad de los colores
- Cambios constantes en la graduación
- Aumento de la sensibilidad a la luz
Factores que aceleran la aparición de cataratas
Aunque la edad es una de las causas más comunes y conocidas, hay factores que pueden acelerar su aparición como:
- Tabaquismo
- Alcohol
- Diabetes
- Obesidad
- Hipertensión
- Miopía alta
La aparición de cataratas no es algo que se pueda evitar pero sí es posible realizar una detección precoz. Es por ello que resulta importante realizar revisiones anuales a tu oftalmólogo, no solo para poder detectar las cataratas sino para vigilar otras patologías como el glaucoma o la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
Tratamiento de las cataratas
El único tratamiento para las cataratas es su extracción. Existen diferentes técnicas pero la más desarrollada, común y segura es la retirada de la catarata mediante ultrasonidos y su sustitución por una lente intraocular. Estas lentes se fabrican ajustadas a la visión de cada paciente y es posible corregir la miopía, hipermetropía y astigmatismo. Actualmente existen las lentes monofocales, bifocales y trifocales. Dependiendo del diseño elegido por el paciente, se puede conseguir más o menos independencia de gafa.
Generalmente, la cirugía de cataratas se realiza de forma ambulatoria, por lo que al paciente recibe el alta el mismo día. Habitualmente la anestesia para este tipo de intervenciones es local, pero es existe la posibilidad de sedación si el paciente se encuentra nervioso.
Normalmente, se interviene un ojo primero y, tras un postoperatorio correcto, se interviene el segundo. En algunos casos se hace necesario el uso de gafas o lentillas tras la operación para conseguir la mejor visión posible. La incorporación a las actividades cotidianas se hará de forma progresiva en función de la recuperación durante el postoperatorio, en el que habitualmente el médico prescribirá medicación a base de colirios y, ocasionalmente, otros tratamientos. En los días posteriores a la intervención quirúrgica será importante evitar impactos y entrada de suciedad en el ojo; así como el uso de gafas de sol.