Dieta para preparar el embarazo

La alimentación de la madre durante el embarazo y la lactancia es fundamental para la salud del bebé. Sin embargo, hay un interés creciente en lo que se llama la dieta preconcepcional, es decir, la nutrición antes de la concepción. En este artículo te vamos a explicar algunos aspectos de esta etapa, que es más importante de lo que puede parecer.

¿Cómo aumentar la fertilidad?

Tal y como indica el estudio "Preocupaciones, percepciones y hábitos en relación con el control de peso corporal en diversas poblaciones españolas", incluido en el libro Nutrición en la población femenina: desde la infancia a la edad avanzada, el estado de salud de la mujer es esencial para que el embrión se desarrolle de la forma adecuada.

En dicho estudio se evidencia que las mujeres siguen una dieta principalmente por motivos estéticos, mientras que los hombres lo hacen por razones de salud. En Euskadi, las primeras confían más en el médico para diseñar un régimen de alimentación que en el resto de España, pero les cuesta más ceñirse a él.

¿Qué debes hacer?

Entonces, ¿qué debes hacer si eres una mujer en edad fértil y quieres tener hijos? Lo mejor es acudir a las visitas preconcepcionales al ginecólogo para evaluar los siguientes aspectos:

• Descartar cualquier problema antes de la concepción.

• Sopesar los factores de riesgo.

• Recibir una asesoría sobre la dieta más adecuada.

Por otra parte, es importante recibir las vacunas que te correspondan y revisar los medicamentos que estás tomando.

Una óptima alimentación antes y durante el embarazo es el factor ambiental más importante entre los que influyen en la buena salud del futuro bebé. Reporta efectos positivos no solo durante el desarrollo fetal, sino hasta la vida adulta, porque previene numerosas alteraciones congénitas y metabólicas.

Se ha observado una fuerte relación entre la buena salud en el periodo previo a la concepción y la aparición de problemas materno-infantiles. En este sentido, resulta fundamental incorporar los siguientes micronutrientes.

Ácido fólico

Esta vitamina del complejo B es básica en los procesos de división celular. En el caso particular del embarazo y la etapa de la preconcepción, evita las malformaciones del sistema nervioso en el feto. Por este motivo, debes empezar a consumir ácido fólico dos meses antes de la concepción.

Su demanda metabólica es particularmente elevada durante el primer trimestre del embarazo, aunque la dosis necesaria varía según los antecedentes de la mujer. Lo habitual son 400 microgramos al día, pero si existen antecedentes de defectos del tubo neural, diabetes o epilepsia tratada con anticonvulsivos, debe aumentarse a 4 o 5 miligramos diarios.

Además de la suplementación farmacológica, es conveniente que incluyas en tu dieta fuentes alimentarias de esta vitamina. Las principales son las nueces, las frutas y vegetales frescos, las legumbres y los cereales.

Yodo

Este oligoelemento es esencial para la producción de las hormonas tiroideas, tiroxina y triyodotironina, de cuya estructura forma parte. Dichas hormonas son indispensables para el correcto funcionamiento del metabolismo, para el crecimiento y para el desarrollo del sistema nervioso.

La deficiencia de yodo produce una enfermedad llamada hipotiroidismo, que afecta de distintas maneras según la edad en que se presente. En el feto, el hipotiroidismo congénito causa déficit cognitivo, retraso del crecimiento y sordera, lo que se llama cretinismo. Por otra parte, el hipotiroidismo materno produce abortos, eclampsia, muerte fetal y nacimientos prematuros.

La dosis recomendada es de 150 microgramos al día en las semanas anteriores al embarazo, y de 200 microgramos durante embarazo y lactancia. La sal yodada en la dieta del embarazo es la fuente más accesible de yodo, pero es conveniente consumir además tres raciones de lácteos al día.

Medidas generales en la dieta del embarazo

El sobrepeso y la obesidad ocasionan desórdenes endocrinos que inciden negativamente en la fertilidad de la mujer. Por otro lado, controlar el peso y conseguir el más adecuado según la estatura antes del embarazo evita el riesgo de enfermedades como la preeclampsia y la diabetes gestacional.

Entre los cuidados durante el embarazo, debes vigilar la higiene de los alimentos. Los que puedan contener microorganismos (como los quesos elaborados con leche sin pasteurizar), el pescado crudo, los productos cárnicos curados y las carnes poco hechas pueden causar infecciones.

Es preferible suprimirlos de tus menús y, además, lavar muy bien los vegetales y frutas para prevenir infecciones como la listeriosis y la toxoplasmosis.

La dieta preconcepcional mejora sustancialmente tu estado de salud desde antes de la concepción. Además, las visitas al ginecólogo en esta etapa te garantizan que no existen otros factores que podrían afectar negativamente la concepción, la gestación o el parto. En algunas ocasiones, es recomendable acudir también al endocrino en caso de la existencia de enfermedades como obesidad, diabetes, hipotiroidismo, etc.

Recuerda que prevenir siempre es más eficiente que curar.