El acto médico de infiltrar consiste en administrar una sustancia directamente en el lugar afectado. El uso más común de las infiltraciones es en las articulaciones inflamadas, que pueden deberse a diversos trastornos, y su función es eliminar o reducir de una forma rápida dicha inflamación y el dolor que esta pueda causar. Si bien es cierto que existen distintos tipos de infiltraciones, en IMQ queremos informarte de sus pros y contras generales y los casos en los que se recomiendan. Recuerda, sin embargo, que siempre será necesario consultar con el especialista.
Tal como hemos expuesto, la infiltración es una técnica poco invasiva que sirve para mitigar o eliminar el dolor en una zona concreta. Más allá de su obvio beneficio, podemos destacar otras ventajas de su uso.
Las infiltraciones permiten que el medicamento vaya directo al tejido que se quiere tratar, con un resultado más rápido y duradero, evitando los efectos secundarios sistémicos de los medicamentos que se administran por vía oral o intramuscular. El dolor después de la infiltración remite en cuestión de horas (durante las cuales es recomendable no forzar la articulación).
Las infiltraciones se pueden realizar en todas las articulaciones; en aquellos procesos que tienen dolor puntual, y no zonal. Se utilizan sobre todo en las grandes articulaciones como rodillas y hombros, siendo además estas zonas las menos dolorosas, dado que al ser cavidades mayores la introducción del líquido se tolera mejor.
Se puede utilizar anestesia local en las intervenciones, aunque no son especialmente dolorosas en manos expertas.
Normalmente se realizan en consulta, pero en algunas articulaciones que son más profundas se realizan en quirófano de forma ambulatoria para usar el intensificador de rayos X para tener la certeza de que se está dentro de la articulación. Ocasionalmente, se puede usar la ecografía, pero esta técnica no es válida para infiltrar en la columna.
Tradicionalmente las sustancias que se infiltraban eran la anestesia y los corticoides, pero actualmente hay otros productos beneficiosos que se aplican a través de infiltraciones y que tienen efectos muy positivos. Hablamos concretamente del ácido hialurónico y del plasma rico en factores de crecimiento. El usar uno u otro fármaco dependerá de cada caso.
Las principales preocupaciones por parte de los pacientes a la hora de plantear una infiltración se centran en las contraindicaciones y los posibles efectos secundarios.
Conviene recalcar que a pesar de aliviar el dolor y disminuir la hinchazón, las infiltraciones no curan. El efecto de las infiltraciones dura de tres semanas a un mes y medio y si no se corrige la causa que produce el dolor, las molestias pueden volver. En ese caso, es posible repetir la infiltración hasta tres veces al año.
Las infiltraciones están contraindicadas en los siguientes casos:
Las infiltraciones están indicadas en casos de artrosis con inflamación, artritis agudas y tendinitis, fascitis, tenosinovitis y bursitis. Especialmente en aquellas situaciones en las que para paliar el dolor no basta con la toma de analgésicos o antiinflamatorios. En este sentido, podemos diferenciar dos motivaciones principales:
Esperamos que esta exposición sobre los pros y contras de las infiltraciones te haya sido de utilidad. Recuerda consultar con tu médico cualquier duda antes de iniciar el tratamiento para asegurarte de su efectividad y reducir los posibles efectos adversos.