Las patologías relacionadas con el pecho femenino, y en particular el cáncer de mama, presentan una muy alta carga ‘afectiva’ para quienes lo padecen y su entorno. No en vano, una de cada nueve mujeres desarrollará un cáncer de este tipo a lo largo de su vida. Por ello, no es de extrañar la concienciación social que existe para avanzar hacia estrategias que favorezcan el diagnóstico precoz de la enfermedad. Es en este punto donde cobra especial importancia la autoexploración mamaria, una técnica que consiste en la observación y palpación que la propia mujer hace de sus senos con la finalidad de conocer sus características y así detectar alteraciones o cambios en su forma, tamaño y consistencia.
«La mujer es quien mejor conoce sus mamas y, por consiguiente, es generalmente ella quien consulta al médico por un hallazgo que de otra forma hubiera pasado inadvertido», recalca Julio Moreno, ginecólogo de IMQ. En este sentido, se estima que el 65% de todos los nódulos mamarios se descubren en la autoexploración. Es importante destacar que la mayoría de los hallazgos son benignos, pero requieren evaluación por personal cualificado para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
En concreto, la autoexploración se recomienda desde los 40 años, aunque aquellas mujeres jóvenes con antecedentes familiares deben hacerla desde los 25-30 años. Cabe subrayar igualmente su utilidad en el diagnóstico de lesiones mamarias, como la detección de nódulos o cambios en nódulos ya conocidos en esta zona o en las axilas, secreción de líquido por el pezón, cambios en la textura, retracciones de la piel, dureza mamaria y lesiones en cicatrices previas.
Mamografías imprescindibles
En la actualidad, existe cierta controversia sobre si la autoexploración mamaria es útil en la detección precoz del cáncer. En realidad, la mamografía es considerada el único método de diagnóstico precoz del cáncer de mama. Y es que sólo esta prueba permite detectar lesiones mamarias sospechosas que tardarían más tiempo en ser descubiertas por la paciente o el especialista. Sin embargo, los expertos abogan por la realización de las autoexploraciones una vez al mes para reforzar el control entre las mamografías prescritas por el médico, así como en mujeres que por su edad o elección personal no se sometan a estudios radiológicos periódicos.
Especialista en Ginecología en IMQ