El fin de las vacaciones marca la vuelta a la rutina y a la práctica deportiva. Para muchos deportistas el verano sirve para realizar descanso y empezar a preparar la nueva temporada con distintas carreras y maratones. Es habitual que al preparar la temporada siempre le demos importancia al modelo de zapatillas que usamos, si son neutras o pronadoras, con más o menos drop pero obviamos la forma en que pisamos el pie en el suelo. Es importante tener una buena técnica a la hora de correr y evidentemente una buena pisada, cualquier hueso desalineado en el tobillo puede provocar que las articulaciones del pie se abran provocando un exceso de pronación y un aumento de la tensión en los tejidos blandos del pie. La pronación excesiva es una de las causas más frecuentes en patología de pie y tobillo.
Las lesiones deportivas suelen ocurrir cuando nos iniciamos a la práctica deportiva o bien si llevamos tiempo practicando deporte y forzamos más de la cuenta. Las lesiones deportivas más frecuentes en el miembro inferior son tipo ligamentosas y articulares.
Una de las lesiones más comunes que vemos en consulta de Podología es la cintilla iliotibial. Se trata casi siempre de pacientes que vienen referidos por el servicio de fisioterapia. Esta dolencia suele provocar un dolor que comienza casi al empezar a correr y a los pocos minutos nos impide continuar. El dolor aumenta si corremos por terrenos irregulares y cuestas hacia abajo... Se suele localizar en la parte externa de la rodilla, extendiéndose bajo el borde inferior de la rótula hasta el mismísimo tendón rotuliano.
Fascitis plantar: una de las lesiones más temidas por los runners
La fascitis plantar es una de las lesiones más temidas por los corredores ya que su tratamiento siempre está enfocado en cambios de la pisada. Está muy relacionado con la manera que tenemos de pisar, ocurre con la misma proporción ene deportistas y no en deportistas. Se trata de una irritación de la fascia plantar, que es un tejido que se ubica en la base del talón y recorre la planta de los pies; proporciona estabilidad al arco del pie y ayuda al adecuado funcionamiento del pie mientras nos desplazamos (por ello es tan importante para los corredores).
Menos común pero que también suelen padecer los corredores son las tendinitis del tibial posterior, cuya función es de sostén del arco longitudinal interno. Sobre todo este músculo está muy activo en la carrera continua y se le exige un gran esfuerzo y de forma repetida. El dolor se localiza en la zona interna del pie alrededor del maléolo interno, sobre todo el dolor aumenta al correr en zonas irregulares. Esta patología está asociada a pies planos y también es frecuente encontrarla fuera del ámbito deportivo ya que se puede asociar a pacientes con sobrepeso, diabetes, trastornos circulatorios e incluso enfermedades metabólicas o reumáticas.
¿Qué es la pronación?
Todas estas patologías tienen un denominador común que se tratan de lesiones deportivas asociadas a un exceso de pronación. La pronación es un movimiento necesario en nuestro organismo y su función es amortiguar nuestra pisada. Estas patologías son muy frecuentes entre los deportistas porque son muy difíciles de quitar y en muchas ocasiones nos van hacer parar durante unas semanas, incluso meses. Muchos de los casos que vemos en consulta son procesos largos, pero a través de tratamientos ortopodológicos y de reeducación del pie, la sintomatología mejora. Si no modificamos nuestra pisada vamos a seguir sufriendo lesiones ya sea en el pie o a nivel de rodilla y cadera. Es aconsejable acudir al podólogo especialista para realizar un estudio de la pisada.
Los estudios de la pisada son importantísimos, ya que un estudio biomecánico enfocado a la práctica deportiva puede prevenir muchas de las lesiones de miembro inferior. Simplemente un buen apoyo equilibrado y controlando la hiperpronación en los casos que exista puede hacer que nuestra sensación al correr sea mucho más placentera. Hasta ahora se le ha dado mucha importancia a la zapatilla de correr y muy poca importancia a la manera en que nuestro pie interacciona con el suelo.
Gabriel Aguirrezabal Jauregui
Especialista en Podología del Centro IMQ Doña Casilda