Especialista en Medicina General del Centro Médico IMQ Zurriola
Pasar un reconocimiento médico preventivo es llevar a cabo un examen para averiguar cómo se encuentra una persona. Por lo general, está dirigido a individuos que confían en la prevención como medio para proteger la salud. Eso sí, cabe matizar que el consenso médico desaconseja someter repetidamente y sin control a la población general a la batería de pruebas de un reconocimiento muy profundo si no existe sospecha de que pueda ocurrir algo anormal.
Debemos diferenciar entre dos tipos de exámenes médicos. Los más habituales son los reconocimientos médicos generales, que sirven para evaluar el estado de salud y prevenir patologías asociadas al tipo de puesto laboral, sexo, edad, estilo de vida e historia clínica personal y familiar. Así, a partir de la franja de edad de entre 40 y 50 años es aconsejable una exploración anual o bianual, puesto que permite ver cómo evoluciona la salud física y mental, siendo muy útil para intentar mejorar algunos hábitos de cara al futuro como, por ejemplo, hacer dieta, incrementar el ejercicio físico o abandonar el tabaco, entre otros.
¿Qué pruebas incluye un reconocimiento médico general?
Las pruebas más comunes incluidas en un reconocimiento médico general, además de la historia clínica relatada por el propio paciente, son una analítica de orina y sangre con estudio de antígenos tumorales. En este caso, se descartan igualmente otras alteraciones de la función renal o hepática, así como otros estados carenciales.
Asimismo, se llevan a cabo exámenes cardiológicos, como un electrocardiograma, ecocardiograma y una ergometría –consistente en efectuar un registro del electrocardiograma durante un esfuerzo controlado–, y una radiografía del tórax.
El estado de la vista y del oído se comprueba mediante un estudio de la agudeza visual y una audiometría, respectivamente, mientras que la espirometría mide la cantidad de aire que pueden retener los pulmones y la velocidad de las inhalaciones y exhalaciones durante la respiración. También pueden complementarse con una ecografía abdominopélvica.
Exámenes médicos específicos
En otras ocasiones, hay personas que necesitan someterse a un reconocimiento médico preventivo con pruebas más específicas y exhaustivas para conseguir un cribado de enfermedades debido a que cuentan con ciertos antecedentes familiares en patologías concretas.
Las pruebas complementarias varían dependiendo de las necesidades y objetivos individuales y pueden incluir, entre otras, el Eco Doppler (un tipo de ecografía con la que se analiza el flujo de sangre para conocer su cantidad, velocidad y consistencia), el estudio del aparato digestivo mediante gastroscopia y colonoscopia, tests de intolerancia a alimentos y resonancia magnética nuclear para examinar el sistema nervioso central.
Por último, quienes practican deporte con regularidad o con más de 35 años quieren retomar la actividad física deberían someterse a un reconocimiento médico deportivo que incluya además una prueba de esfuerzo.