[entradilla]Te contamos cómo reforzar las defensas de nuestro organismo es de vital importancia en invierno, una época de alta exposición a virus y bacterias.[/entradilla]
El sistema inmunitario, formado por células y tejidos, es nuestra defensa natural a estos virus y bacterias. Algunas de las más importantes son los glóbulos blancos o leucocitos que se producen y almacenan en los órganos linfáticos, éstos circulan a través del organismo gracias a los vasos linfáticos y los vasos sanguíneos.
Cómo reforzar las defensas ante el frío
Existen dos tipos de leucocitos, los fagocitos o macrófagos, que “se tragan” los organismos invasores, y los neutrófilos y linfocitos, que son los que actúan reconociendo y marcando estos microorganismos.
Todos nacemos con esta protección innata que nos protege de agentes externos pero también poseemos las barreras externas del organismo, como la piel o las mucosas. La inmunidad activa o adaptada es en la que desarrollamos las defensas con la edad al estar en contacto con los diferentes agentes externos.
En principio un cuerpo sano pondrá su sistema inmunológico en funcionamiento ante la agresión de agentes patógenos. Sin embargo, diversos factores tanto endógenos como exógenos, pueden contribuir a debilitarlo. En estos casos, enfermamos y puede ser necesaria la intervención de tratamientos antibióticos.
De cara al periodo invernal, está claro que evitar los contrastes fuertes de frío y calor mediante prendas adecuadas y no exponerse demasiado tiempo en lugares con baja temperatura es fundamental pero lo cierto es que está en nuestra mano adquirir hábitos y comportamientos que contribuyan a reforzar las defensas.
Evitar el estrés y cuidar el descanso
Por ejemplo, está demostrado que el estrés durante largos periodos así como una alimentación inadecuada inciden directamente en la “habilidad” de nuestro organismo para sortear muchos trastornos que no están necesariamente asociados a esta época.
Descansar las horas necesarias en un lugar ventilado con una temperatura adecuada es un hábito importante para reforzar las defensas y no enfermar. El cansancio produce un esfuerzo extra en nuestro organismo que si además, es expuesto a condiciones atmosféricas desfavorables o espacios impregnados de virus, se ve sobrepasado.
Dieta saludable para reforzar las defensas
Debemos tener en cuenta que la obesidad está directamente relacionada con la inmunodepresión. Por esta razón, en invierno debemos extremar las precauciones y apostar fuerte por una dieta saludable y equilibrada, baja en azúcar y harinas refinadas y rica sobre todo en frutas y verduras.
No obstante, sustancias naturales como el propóleo, un antibiótico inocuo que estimula la reacción inmunológica de nuestro organismo, el ácido ascórbico (Vitamina C) con propiedades antibacteriana y antiinflamatorias, entre otras, o la equinácea, pueden tomarse como tratamientos preventivos. Ahora bien, para ayudar a reforzar el sistema inmunitario el aporte de estas sustancias debería mantenerse durante todo el año.
De hecho, distintos estudios concluyen que los suplementos de vitamina C no reducen la incidencia de resfriados en la población general, pero sí lo hacen, por ejemplo, en las personas sometidas a ejercicio físico intenso (deportistas) y/o ambientes fríos.
Estas investigaciones también evidencian que las personas que toman vitamina C de forma natural tienen resfriados de menor duración y severidad, lo que parece indicar que sí desempeña un papel en los mecanismos respiratorios de defensa. Sin embargo, no se ha demostrado ningún beneficio cuando se toma después del comienzo de los síntomas del catarro.
Reforzar las defensas de forma natural
Hay una gran cantidad de plantas y productos naturales beneficiosos para nuestro sistema inmunitario. Los arándanos por ejemplo, son eficaces contra las infecciones urinarias y existen medicamentos de venta en las farmacias compuestos de este elemento natural. La relación beneficiosa entre el cáncer y el brécol y el tomate o la del colesterol con la soja son otros de los aliados popularmente extendidos en nuestra sociedad.
Un invierno sin resfriados ni gripes
En resumen, conseguiremos pasar un invierno con menos catarros y gripes si seguimos los siguientes consejos:
- Realizar ejercicio físico moderado de forma regular.
- Evitar el estrés y descasar las horas necesarias.
- Tener una dieta alimenticia saludable y equilibrada exenta de grasas y azúcares.
- Tomar algún alimento natural durante todo el año.
Además puede ser interesante tener en cuenta la ingesta de alimentos como:
- El ajo, consigue una buena descongestión de las mucosas, además de ser un buen expectorante.
- El manganeso aumenta la inmunidad a nivel preventivo y curativo.
- El consumo de vitamina C y otras sustancias similares es útil para ayudar a reforzar el sistema inmunitario si se toma durante todo el año.