Especialista en Ginecología y Obstetricia de IMQ
Saber cuáles son los riesgos del embarazo te ayudará a prevenirlos e identificarlos, en beneficio de tu salud y la de tu futuro bebé. La gestación pasa por varias etapas, pero la primera es la de mayor vulnerabilidad. En ese momento, los cambios maternos y embrionarios son muy acentuados. En este artículo, te contamos más.
¿Qué ocurre en el primer trimestre del embarazo?
Este periodo se caracteriza por el desarrollo del embrión, que evoluciona de forma acelerada, mientras que los cambios maternos son internos y poco visibles. La intensidad de las transformaciones en el organismo femenino y la fragilidad del embrión determinan muchos de los riesgos.
Cambios maternos
Aunque el abdomen permanece sin alteraciones, durante el primer trimestre del embarazo el perfil hormonal se modifica de una manera notable. Los elevados niveles de estrógenos y la gonadotropina coriónica generan síntomas molestos, que varían de una embarazada a otra:
- Pechos sensibles.
- Síntomas digestivos, tales como náuseas, pirosis/ardores (agruras), estreñimiento, apetito desmedido, etc.
- Acné.
- Micciones frecuentes.
- Congestión nasal.
- Fatiga y somnolencia.
- Sangrado vaginal leve debido a la implantación del embrión.
Cuidados durante el primer trimestre
En esta etapa es preciso que tengas en cuenta algunas precauciones y adoptes rutinas más saludables. Tu médico probablemente te prescribirá ácido fólico en el embarazo a fin de prevenir los defectos del tubo neural, que generan malformaciones como la espina bífida.
El alcohol y el tabaco perjudican directamente al embrión, por lo que has de suspender su consumo. Además, el tabaquismo aumenta el riesgo de aborto, parto prematuro y bebés con bajo peso. En Euskadi se ha iniciado una labor de concienciación con el objetivo de garantizar 144 espacios libres de humo.
Riesgos durante el primer trimestre
Desgraciadamente, en ocasiones, existe la posibilidad de que se presenten problemas de salud. Algunos de ellos se pueden prevenir, pero en otros casos es más difícil lograrlo.
Infecciones en el embarazo
La mayoría de las infecciones que ocurren durante esta etapa no tienen consecuencias. Sin embargo, otras pueden provocar complicaciones en la madre o el embrión. La vaginosis bacteriana, las infecciones del tracto urinario, la toxoplasmosis y las enfermedades de transmisión sexual son las más frecuentes.
Con el objetivo de prevenirlas, es imprescindible que tengas presentes los siguientes cuidados:
- Lávate las manos varias veces al día.
- Evita el contacto con gatos no domésticos o sus heces.
- Usa el condón en cada relación sexual.
Por otro lado, hay alimentos prohibidos en el embarazo, ya que, debido al método de producción o preparación, podrían estar contaminados con microorganismos. Entre ellos figuran el ceviche, el sushi, los quesos no pasteurizados, la carne y los huevos crudos.
Hiperémesis gravídica
Las náuseas y los vómitos que son comunes en el primer trimestre pueden hacerse intensos y persistentes. La pérdida de líquidos y electrolitos, sumado a la dificultad para ingerir, ocasionan deshidratación, desequilibrio electrolítico y pérdida de peso. Si esa situación se prolonga durante más de 12 horas, es fundamental que busques asistencia médica.
Actualmente, poseemos fármacos muy eficaces y, sobre todo, de plena seguridad para el normal desarrollo del bebé.
Aborto espontáneo
El embarazo puede terminar de forma abrupta. Pese a que puede suceder durante los tres trimestres del embarazo, en el primero el riesgo es mayor, de aproximadamente el 15%. No hay mucho que pueda hacerse para evitarlo una vez se inicia el proceso, así que es conveniente estar atentos a los síntomas:
- Pérdida de líquido o fragmentos de tejido.
- Sangrado vaginal.
- Dolor tipo cólico en la zona de la pelvis.
La mayor parte de los abortos se producen durante el primer trimestre y, en un número considerable de casos, el problema son los defectos cromosómicos. En otras ocasiones, es posible relacionarlos con diabetes no controlada, enfermedades tiroideas o malformaciones uterinas. No obstante, existen otros factores que elevan la probabilidad de que se presente:
- La edad, pues en mayores de 35 años, el riesgo de sufrir una pérdida es del 20 %. Este riesgo se eleva al 80 % en mujeres de 45 años o más.
- Historial médico de abortos previos.
- Bajo peso u obesidad.
Embarazo ectópico
Con este nombre se designa a la implantación del óvulo fecundado fuera del útero y, por esa razón, se le llama a veces embarazo extrauterino. La principal causa es que las trompas de Falopio estén dañadas por una infección o una cirugía previa. Aunque la gran mayoría de los embarazos ectópicos se presentan en estos órganos, también puede haber implantación en el abdomen, el cuello uterino o el ovario.
El crecimiento del embrión en un lugar no adecuado pone en peligro la vida de la madre, porque puede causar una hemorragia interna o una infección. Los síntomas de la ruptura de una trompa de Falopio son el dolor pélvico intenso, que puede irradiarse al resto del abdomen, y el sangrado vaginal, que suele ser escaso. El tratamiento de esta patología es quirúrgico, para resecar la porción afectada o la práctica totalidad de la trompa afectada.
No obstante, hoy en día, con la realización de un estudio ecográfico temprano entre las semanas 6 y 8 podemos sospechar de la existencia de esta situación y, a través de un seguimiento adecuado, evitar la cirugía del embarazo ectópico tratándolo mediante quimioterapia (methotrexato), debiendo ser en la actualidad el “gold standard” de esta patología de la gestación.
Los riesgos del embarazo se pueden prevenir, pues han sido ampliamente estudiados. Como ocurre con frecuencia en la medicina, el mejor tratamiento es la prevención. Si quieres quedar embarazada, es el momento de adoptar mejores hábitos de salud y, sobre todo, acudir a las consultas pregestacionales desarrolladas tanto por matronas, en su gran mayoría, como por médicos, para el diagnóstico temprano de posibles factores que puedan afectar a la buena salud materno-fetal.