Psicólogo en IMQ Zurriola e IMQ Teknia.
La frustración, la tristeza, la ansiedad, el miedo, la impotencia… Si no aprendemos a gestionar bien estos sentimientos, pueden funcionar como un fuerte catalizador de nuestra agresividad hacia los demás que nos impida controlar los ataques de ira.
Una cosa es la teoría —lo que conocemos como técnicas para controlar la ira— y otra muy distinta es lograr que todo ese aprendizaje, en principio ya adquirido, nos permita canalizar nuestras emociones más agresivas hacia un eficiente manejo de la ira. Lo repasamos a continuación.
¿Cómo aprender a gestionar la ira?
Tener la capacidad y los conocimientos necesarios para una correcta gestión de la ira es esencial para ser capaz de controlar la agresividad en cualquier momento y situación. Tres principios básicos para lograr el éxito en una terapia de control de la ira, por ejemplo, son:
- Constancia en la práctica e interiorización de los métodos y técnicas.
- Contar siempre hasta diez antes de decir o hacer nada más.
- No importa si fallas una o mil veces, siempre debes intentarlo una vez más.
6 técnicas para controlar la ira
Sea cual sea la causa o situación personal que te impide gestionar la ira de manera óptima, debes saber que existen ciertas técnicas que te servirán de ayuda a la hora de tener un mayor control de tus emociones. Estas son las principales:
1. Cuando hayas contado hasta diez, expresa tu ira
Cuenta con palabras: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y diez. Y entonces, y solo entonces, expresa cómo te sientes de una manera lo más sosegada y estructurada posible. Utiliza esos diez segundos mentales justo para eso: para ordenar tus pensamientos y, una vez en calma, exteriorizarlos.
2. Camina o haz ejercicio a diario como terapia antiestrés
Está más que demostrado por la ciencia de la psicología y la salud: el deporte es uno de los máximos liberadores de endorfinas que existen. Así, incorporando el ejercicio diario a modo de terapia a tu rutina, tu cerebro logra reducir la percepción de “dolor” y angustia física y mental ampliando tu sensación de bienestar a niveles cada vez más y más altos.
3. No guardes nada en tu interior
Si permites que tus problemas con algo o alguien se apoderen de tus pensamientos, todo lo que hayas avanzado en tu lucha por controlar los ataques de ira hasta ese momento, dejará de serte útil.
Por ello, cuando un pensamiento te “bombardee” una y otra vez, de nuevo, cuenta hasta diez, e inmediatamente, busca o llama a esa persona con quien quieras hablar. Es necesario que expreses lo que sientes para que no se convierta en un problema mayor que después busque su salida desbocada.
4. Descansa todo lo posible, de la mejor manera posible
Descansar bien resulta de vital importancia para estar calmado, controlar la agresividad y adquirir una gestión de la ira plenamente eficaz. Por ello, es necesario ser conscientes de cuánto descansamos y cómo de bueno es ese descanso, intentando mantener rutinas de horarios, tanto para ir a la cama como para despertarnos. Aquí tienes 10 consejos para dormir y descansar bien toda la noche.
5. Medita y aprende a relajarte
La mente manda. Seguro que has escuchado esta frase —con estas u otras palabras— en numerosas ocasiones. Pues bien, lo que queremos decir con ella es que en tu mente está la fórmula para desviar tus pensamientos más negativos o agresivos una vez aparezcan.
¿Cómo? Mediante la práctica de la relajación y la meditación con técnicas como el mindfulness, el yoga o incluso el pilates. La clave es saber desviar la atención de tu mente de lo que te irrita o enfada.
6. Busca ayuda profesional en un psicólogo
Si algo hemos aprendido estos últimos años, es que nuestro bienestar psicológico es crucial para ser felices y gozar de un buen estado de salud. Sin ir más lejos, la COVID-19, por ejemplo, se tradujo en una importante saturación de las unidades de psiquiatría de los hospitales vascos.
Acudir a un psicólogo es una gran ayuda a nivel personal sea cual sea nuestra dolencia y situación, ya que nos ayuda a conocernos y a evitar que una mala gestión de las emociones derive en problemas más graves. Aquí puedes consultar los diferentes tipos de terapia que existen.
Con esto, solo nos queda darte todo nuestro ánimo en esta lucha interna por lograr que tu terapia de control de la ira se convierta en tu nueva mejor arma para cambiar todo eso que no te deja ser plenamente feliz. Sé fuerte, no desistas, sigue estos consejos a diario y ¡lo conseguirás!