Logopeda de IMQ
En una sociedad como la nuestra, en la que una de sus riquezas culturales es la gastronomía y en la que cualquier acontecimiento social lo celebramos juntándonos para comer o tomar un pote, es difícil ponerse en el lugar de la persona que beber un sorbo de agua o comer un pedazo de pan le pueda suponer desde una complicación respiratoria hasta el mismo fallecimiento. Un acto tan natural para todos nosotros como el comer o el beber para muchas personas supone un riesgo cotidiano y diario debido a la disfagia. Pero, ¿qué es la disfagia? Abordamos sus causas, síntomas y tratamiento.
Qué es la disfagia: una gran desconocida
Para muchos especialistas del mundo de la Medicina la disfagia se reduce a las dificultades para que los alimentos realicen el tránsito correcto desde la boca hasta el estómago, pero esta gran desconocida es algo más.
La palabra “disfagia” proviene etimológicamente de dos términos griegos “Dys”, que significa “dificultad para” y “Phagia”, que se traduce como “comer”. Por lo tanto, la disfagia consistiría en la dificultad que una persona tiene para comer el alimento.
Debemos entender este acto de tragar no solo como el momento propio del paso del bolo alimenticio al esófago, sino que tragar —desde el punto de vista funcional— comprende desde el momento que llevamos el alimento a la boca, su manipulación, masticación, colocación en la lengua, arrastre y, por supuesto, el paso por la laringe hacia el esófago.
Causas de la disfagia
Muchas situaciones nos pueden llevar a estas dificultades de disfagia pero las causas más habituales se pueden resumir en:
- Trastornos neurológicos.
- Enfermedades musculares.
- Cirugía de cabeza y cuello.
- Radiación.
- Procesos infecciosos.
- Efectos secundarios de ciertos medicamentos
- Edad avanzada: puedes consultar nuestro post sobre la disfagia en la tercera edad
Prevalencia
Todas estas situaciones nos ponen sobre la mesa los altos datos de prevalencia de la patología disfágica, aunque muchas personas no sean conscientes de su presencia. Así, podemos encontrar estudios que nos hablan de:
- Un 100% en las esclerosis laterales amiotróficas bulbares y un 60% en el resto de formas clínicas de esta enfermedad.
- Entre un 35 y un 45% en la enfermedad de Parkinson.
- Un 45% en los casos de esclerosis múltiple.
- Un 84% en los pacientes con la enfermedad de Alzheimer.
- Más de un 60% en personas mayores institucionalizadas.
Síntomas de la disfagia
Aunque sea la tos o el atragantamiento los síntomas principales que hacen saltar la alarma, podemos sospechar de la presencia de la disfagia por otros signos como son:
- La fatiga a la hora de comer.
- Cansancio de la masticación.
- Acumulación del bolo alimenticio en la boca.
- Cambios de la voz durante la comida.
- Pérdida de peso.
Diagnóstico y tratamiento de la disfagia
Como cualquier patología, su diagnóstico y tratamiento precoces son fundamentales para evitar las graves consecuencias de la disfagia. Entre éstas, se pueden señalar:
- La desnutrición.
- La deshidratación.
- La aspiración del bolo alimenticio en el sistema broncorrespiratorio.
- La asfixia del enfermo.
También se dan consecuencias sociales, como es el aislamiento a la hora de comer.
Ese diagnóstico y tratamiento precoces, desafortunadamente, quedan reducidos a la exploración fibroendoscópica de la aspiración y penetración del alimento y, ante su presencia, los cambios de textura tanto del alimento sólido como de los líquidos que eviten la asfixia, alterando la calidad de vida del paciente.
Escasez de logopedas
Entre otras causas, este diagnóstico y tratamiento precarios son debidos a la falta de logopedas en las instituciones sanitarias y sociosanitarias, ya que un correcto abordaje de la disfagia exige un equipo multidisciplinar que valore tanto el tránsito del bolo al aparato digestivo como la funcionalidad del manejo del bolo, facilidad de deglución y el valor nutricional del paciente.
Esta falta de logopedas en las instituciones hace que no se realicen tratamientos dirigidos a la funcionalidad y que relegan al usuario a una alimentación alternativa (alimentación por sonda) o al consumo único de texturas de tipo puré y al uso de espesantes en los líquidos para aumentar su viscosidad.
El logopeda tiene entre sus funciones la implementación de técnicas que faciliten el proceso respiratorio durante la deglución, el desarrollo de la motricidad orofacial que favorezca el manejo del bolo, la estimulación de la información neurosensorial que facilite el reflejo de deglución, la mejora de la movilidad laríngea que favorezca el cierre glótico con el fin de evitar los atragantamientos, la aplicación de técnicas y posturas que faciliten una deglución segura y la adaptación de texturas.
No debemos olvidar como función importante del profesional logopeda la misión de formar y orientar a la familia, cuidadores y personal sociosanitario de las instituciones a las que se les ha encomendado el cuidado de las personas mayores.
Tampoco debemos olvidar que un correcto diagnóstico y tratamiento de la disfagia no solo persiguen la preservación de la vida del paciente, sino ofrecerle la mayor calidad de vida, ya que, como he señalado anteriormente, al comienzo de este artículo: el acto de comer no solo consiste en ingerir alimentos, sino que es uno de los placeres de la vida y uno de nuestros principales actos sociales.