El herpes labial -también conocido de forma coloquial como calentura- se trata de una infección muy común en algunas personas y que suele tener como desencadenante diversos factores internos y externos. Hay personas que a lo largo de su vida no sufrirán este tipo de infección, sin embargo, hay etapas en las que se está más expuesto a este tipo de virus, como puede ser durante el embarazo o el herpes en la boca en la infancia, dada las condiciones del sistema inmunitario.
Antes de profundizar en qué es el herpes labial, cómo detectarlo y tratarlo, es importante destacar algunas ideas clave:
- Se trata de una infección vírica.
- Dado su origen vírico es de fácil contagio.
- Su curación no suele alargarse más de cuatro semanas, y si ocurre lo contrario es necesario un seguimiento médico detallado.
- Es normal que reaparezca, aunque con menos frecuencia, cuando la persona pasa por ciertos estados, como una gripe, demasiado estrés, por causa hormonal o como reacción ante una subida de fiebre.
Lo más importante es reconocer cuándo se trata de un herpes labial, de manera que se pueda tratar adecuadamente para evitar molestias y tomar las medidas necesarias para no contagiarlo a otras partes del cuerpo o a otras personas.
¿Qué es un herpes labial y cuáles son sus causas?
El herpes labial, o herpes febril, es una infección causada por el virus del herpes simple (VHS-1), aunque el virus del herpes genital (VHS-2) también puede provocar este tipo de infección alrededor de la boca.
Los herpes se manifiestan en forma de pequeñas ampollas llenas de líquido y se suelen identificar por la aparición de una mancha en torno a la boca y los labios. Esta ampolla suele romperse con el tiempo, o dado por la zona tan sensible en la que está, y a partir de aquí se crea una costra que suele desaparecer entre siete y doce días, sin dejar cicatriz.
Al tratarse de una infección vírica, no existe una curación definitiva, más allá de tratamientos que aceleran la curación y evitan que aparezca con mayor frecuencia.
Sobre las causas, como hemos adelantado antes, la causa de su aparición es una cepa vírica, lo que provoca que haya personas que tenga el virus y no manifieste ni signos ni síntomas de este; y en cambio otras personas que lo tienen, sí que sean propensas a desarrollar herpes. Tras una infección, el virus permanece inactivo, pero continua en las células, por lo que es normal su reaparición, y hay que prestar atención a la frecuencia con la que ocurre.
Aunque no se presenten úlceras, los herpes en la boca son muy contagiosos, ya no solo por contacto directo, sino también por compartir una toalla, utensilios de higiene, bebida o comida.
Mientras que en los adultos se trata de una infección de fácil identificación y diagnóstico, el herpes labial en niños también es común. En niños menores de 5 años este tipo de herpes también puede manifestarse dentro de la boca y no suele ser reconocido con tanta facilidad, ya que suelen confundirse con aftas.
En el caso de personas adultas, una vez sufrido un herpes labial, es muy posible que vuelva a aparecer, sobre todo cuando el organismo reaccione a diferentes factores externos e internos. Por ejemplo, el frío, el viento o la exposición al sol pueden hacer que la infección reaparezca.
A nivel interno, una infección que afecta al sistema inmunitario, el estrés o un estado febril pueden ser también factores que faciliten la reaparición de este tipo de herpes febril. En el caso de las mujeres, los herpes también son frecuentes durante la menstruación o ante cambios hormonales, como una forma de reacción del organismo.
En el caso de las mujeres embarazadas, es importante identificar debidamente el tipo de herpes para ver si la infección puede ser transmitida al feto, o ser un problema durante el parto -en el caso de que la cepa vírica afecte a la zona genital-, al igual que controlar el tratamiento o medicación que puede ser administrada.
Cómo prevenir y tratar el herpes en la boca
Dado el origen vírico, la prevención es lo más importante, sobre todo evitando el contacto con la zona infectada y extremando las medidas de higiene de todo aquello que se puede compartir con otras personas no infectadas.
También es importante tratar esas zonas sensibles con cremas adecuadas para evitar sequedad, irritación u otras abrasiones que expongan más la zona a una infección o hagan que las molestias del herpes se intensifiquen.
En el caso de que el herpes labial se pueda complicar, tarde mucho en curarse o reaparezcan con mucha frecuencia, se ha de acudir al médico para un diagnóstico adecuado y poder ser tratado con antivirales orales.
Si tienes dudas sobre cómo identificar un brote de herpes o cómo tratarlo adecuadamente, lo más conveniente es pedir una cita médica para que un especialista pueda evaluar la infección y recetar el tratamiento más adecuado, según el caso de cada persona y su estado de salud.
Dr. Demetrio Jesús López Garde
Especialista en Dermatología del centro médico IMQ Barakaldo