Especialistas en Urología en la Clínica IMQ Zorrotzaurre
Una de cada cuatro mujeres mayores de 35 años y uno de cada cuatro hombres de más de 40 años sufren pérdidas de orina y la mayoría lo hace en silencio. La mitad de las personas ni consulta ni busca ayuda. Sin embargo, la incontinencia urinaria tiene solución si se trata a tiempo y de forma adecuada.
Hablamos, por tanto, de una patología muy frecuente que afecta a la calidad de vida del paciente ya que no sólo le limita físicamente sino también emocional y socialmente. A pesar de ello, y de que existen múltiples tratamientos, sigue siendo a menudo un problema oculto que se decide normalizar y asimilar por vergüenza en vez de consultar al especialista y ponerle solución.
La incontinencia urinaria o pérdida del control de la vejiga es, por otra parte, un problema que va ligado a la edad y al sexo. A medida que envejecemos, los músculos de la vejiga y la uretra pierden fuerza. Las mujeres, además, tienen más probabilidades de sufrirla debido al embarazo, al parto, la menopausia y su anatomía en general. No obstante, los hombres con problemas en la glándula prostática tienen un riesgo mayor de sufrir incontinencia urinaria por urgencia y por rebosamiento.
La intensidad de la incontinencia abarca desde perder orina ocasionalmente cuando se tose o se estornuda hasta tener una necesidad de orinar tan repentina y fuerte que no permite llegar al baño a tiempo.
Tipos de incontinencia urinaria
Para establecer el diagnóstico y el tratamiento posterior es primordial identificar de qué tipo de incontinencia se trata ya que existen diferentes modalidades, siendo las más habituales la incontinencia de urgencia (o hiperactiva), la de esfuerzo y la mixta.
Incontinencia urinaria por urgencia
Produce una necesidad repentina e intensa de orinar, seguida de una pérdida involuntaria de orina y puede deberse a una afección menor, como una infección, o a un trastorno más grave, como un trastorno neurológico o diabetes. Se trata de un problema funcional, de un mal funcionamiento de la vejiga. Puede solucionarse con tratamiento farmacológico, estimulación, rehabilitación e incluso mediante aplicación de bótox en la vejiga.
Incontinencia de esfuerzo
En este caso, la orina se escapa cuando se ejerce presión sobre la vejiga al toser, estornudar, reír, hacer ejercicio o levantar algo pesado. El tratamiento quirúrgico suele ser un grandísimo aliado, aunque previamente suele intentar solucionarse con rehabilitación del suelo pélvico. Habitualmente este tipo de incontinencia surge por un descenso de los órganos debido a un deterioro de los tejidos del suelo pélvico que los mantienen en su lugar óptimo con lo que la rehabilitación pélvica suele ayudar mucho tanto antes como después de la cirugía y puedo incluso llegar a evitarla.
Incontinencia mixta
Como su propio nombre indica, es una combinación de las anteriores con lo que resulta primordial realizar un estudio de vejiga para ver de qué tipo de incontinencia se trata y centrarse en el tratamiento más adecuado.
Tratamiento de la incontinencia urinaria
Ejercicios para pérdidas de orina: Dependiendo del tipo de incontinencia, se puede afrontar con ejercicios de rehabilitación, medicamentos y cirugía, o mediante la colocación de una malla, siendo la mejor metodología de trabajo un equipo multidisciplinar capaz de personalizar el tratamiento de cada paciente y combinar las diferentes técnicas si así lo requiere el caso.
Las intervenciones quirúrgicas, en las que se colocan mallas que sustituyen a los tejidos y prolongan su labor en el tiempo, consiguen muy buenos resultados. Además, el post operatorio es cómodo hasta el punto de que muchas pacientes se arrepienten de no haberlo hecho antes y la recomiendan encarecidamente a sus amistades. Es importante, en todo caso, no dejar esta visita al urólogo para cuando se está muy mal, ya que el resultado depende en gran medida del deterioro de los tejidos del paciente.
Desde que se puso la primera malla en Urología Clínica Bilbao, en 1998, a día de hoy, tanto los materiales como las técnicas y los resultados han ido evolucionando. Las mallas pueden cumplir su función a la perfección durante 15 años o más. Y en caso de necesitar repetir la intervención se puede colocar malla sobre malla sin problema. No hay edad, pero el sobrepeso sí que tiene mucha importancia de cara al resultado.
Actualmente, de hecho, se opta por la sacrocolpoplesia. Antes se abordaba parte del problema y ahora se hace de manera integral, tratando el conjunto. Se rehabilita a la vez todo el suelo pélvico y no sólo el órgano caído. Ya no vale con subir sólo la vejiga porque se ha comprobado que existen muchas posibilidades de que a posteriori se caiga el útero, con lo que esta nueva técnica de conjunto está ofreciendo resultados mucho más duraderos.
Causas de la incontinencia
Las causas, sobre todo, en el caso de la incontinencia urinaria obedecen a problemas físicos:
- Cambios a causa de la edad: el envejecimiento del músculo de la vejiga puede disminuir la capacidad de almacenar orina. Además, las contracciones involuntarias de la vejiga se vuelven más frecuentes a medida que se envejece.
- Obstrucción debido a tumores en las vías urinarias o cálculos urinarios.
- Trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson, los accidentes cerebrovasculares o un tumor cerebral.
- El sobrepeso (aumenta la presión sobre la vejiga y los músculos circundantes), el tabaco, los antecedentes familiares o algunas enfermedades como la diabetes pueden aumentar el riesgo de incontinencia.
Pérdidas de orina en mujeres
- Pérdida de orina en el embarazo y parto: el peso elevado del feto y el parto vaginal pueden debilitar los músculos necesarios para controlar la vejiga y dañar sus nervios y el tejido de sostén, lo que lleva a que el suelo pélvico descienda (prolapso). El prolapso puede empujar hacia abajo la vejiga, el útero, el recto o el intestino delgado de su posición habitual y hacer que asomen en la vagina causando incontinencia.
- Menopausia: en esta etapa se producen menos estrógenos y, en consecuencia, se deteriora la membrana que recubre la vejiga y la uretra.
Pérdida de orina en hombres
La incontinencia urinaria en hombres puede ser debida a cirugías previas sobre la próstata -como en el caso de extirpar la próstata por un cáncer-, por problemas obstructivos, o por agrandamiento de la próstata (especialmente en los hombres mayores). También puede asociarse a un cáncer de próstata sin tratar.
En cualquiera de las situaciones, la valoración por parte del urólogo ayudará a encontrar la solución más adecuada para cada caso. Si la incontinencia es frecuente o está afectando a la calidad de vida, es importante buscar asesoramiento médico pues la incontinencia urinaria podría indicar una afección subyacente o estar causada por determinados hábitos diarios, e incluso por problemas físicos. Una evaluación exhaustiva a cargo del médico puede ayudar a descubrir lo que produce la incontinencia y determinar en consecuencia el tratamiento más apropiado.
Cómo prevenir la incontinencia urinaria
La incontinencia urinaria no siempre puede prevenirse. No obstante, para disminuir el riesgo, puede resultar útil mantener un peso saludable; practicar ejercicios de suelo pélvico; evitar alimentos que irriten la vejiga, como la cafeína, el alcohol y los alimentos ácidos; ingerir más fibra, que puede prevenir el estreñimiento; o dejar de fumar.
El pilates y los ejercicios hipopresivos, además de un buen soporte al parto, resultan grandísimos aliados. El tono del suelo pélvico que se consigue con ejercicio y rehabilitación sirve para antes de la cirugía y puede, incluso, prolongar la duración de los resultados de la misma.