Especialista en Cardiología del Centro IMQ Barakaldo
¿Sabías que algunas personas que han pasado el COVID-19 sufren pericarditis o miocarditis? Pero ¿qué es lo que provoca la aparición de pericarditis o miocarditis por COVID-19 y cómo podemos detectar sus síntomas? Desde IMQ te lo explicamos todo.
Qué provoca la aparición de pericarditis, miocarditis o miopericariditis por COVID-19
Un estudio realizado en el Hospital Universitario de Salamanca sobre médicos que han pasado la COVID-19 y publicado en la Revista Española de Cardiología, demuestra que 3 de cada 10 sanitarios sufrieron pericarditis, miocarditis o ambas, tras la enfermedad.
Parece ser que la aparición de estas dolencias está relacionada con la presencia de un mayor número de ciertas células en el sistema inmunitario.
- Los pacientes que desarrollaron pericarditis tenían gran cantidad de células T citotóxicas y una disminución considerable de eosinófilos en sus analíticas de sangre.
- Sin embargo, aquellos que desarrollaron miocarditis o miopericarditis presentaban menos neutrófilos.
Pericarditis y miocarditis por COVID-19
Pero ¿qué son estas dolencias?, ¿cuáles son sus síntomas? ¿Qué personas tienen más posibilidades de desarrollarlas? Vayamos por partes.
Qué son la pericarditis y la miocarditis
La pericarditis y la miocarditis son inflamaciones de tipo cardiacas que produce el propio sistema inmunitario cuando aparece algún tipo de infección u otro desencadenante en el organismo. Es la manera que tiene nuestro cuerpo de luchar contra la infección.
- En el caso de la pericarditis es la capa exterior que recubre el corazón la que se inflama.
- En la miocarditis es el propio músculo cardiaco.
Principales síntomas de la pericarditis y la miocarditis
Ahora bien, ¿cuáles son sus síntomas? Sabemos que un paciente por COVID-19 puede estar sufriendo alguna de estas inflamaciones o ambas cuando:
- Tiene dificultad para respirar.
- Nota un fuerte dolor de pecho.
- Presenta taquicardias, sensación de que el corazón se acelera o late con más fuerza de lo habitual.
Pacientes con más posibilidades de desarrollar pericarditis y miocarditis por COVID-19
Desde que se inició la pandemia los estudios sobre la COVID-19 han aumentado considerablemente permitiendo a los médicos averiguar más sobre los efectos secundarios que tanto el COVID-19 como el suministro de ciertas vacunas pueden producir. Entre los datos que se han obtenido, uno de ellos es el perfil de paciente con más riesgo de desarrollar inflamaciones coronarias.
Adolescentes y jóvenes
Tras la administración de vacunas de tipo ARNm (Pfizer-BioNTech o Moderna), puede darse esta inflamación del corazón. Los casos más habituales (aunque en niveles muy bajos) se han dado en adolescentes y jóvenes del sexo masculino. En la mayoría la pericarditis y la miocarditis han aparecido en la semana posterior a la vacunación y normalmente tras la segunda dosis.
Mujeres entre 41 y 57
Igualmente, las personas que parecen presentar mayor riesgo de desarrollar estas inflamaciones tras haber pasado la enfermedad, e independientemente del tipo de vacuna, son las mujeres de entre 41 y 57 años. En muchos de los casos estas pacientes habían sido previamente hospitalizadas por neumonía por COVID-19.
¿Cómo es la recuperación?
En general, los pacientes que han presentado pericarditis, miocarditis o ambas por COVID-19, han respondido bien al tratamiento con medicamentos y reposo y se han recuperado fácilmente.
Una vez los síntomas ceden, las personas afectadas pueden reiniciar su vida normal. Eso sí, en caso de haber sido diagnosticadas con miocarditis, es recomendable consultar con un cardiólogo antes de retomar la actividad deportiva que se realice de forma habitual.
En conclusión
La pericarditis y la miocarditis han sido algunos de los efectos secundarios que se han producido tras pasar la COVID-19 o debido a la administración de vacunas de tipo ARNm, como son Pfizer-BioNTech o Moderna. En Euskadi, por ejemplo, la Unidad de Farmacovigilancia registró 11 casos con afecciones coronarias en el 2021 tras la inoculación de la vacuna.
Las mujeres con una media de 50 años y con casos previos de neumonía por COVID, son las más afectadas. En general, todos los pacientes han respondido bien a la medicación y al reposo como método curativo.