Especialista en Cardiología en el centro médico IMQ Zurriola
Todos conocemos el principal síntoma de infarto en hombres y mujeres: el dolor en el pecho que se irradia al brazo izquierdo. Pero existen otros síntomas de infarto en mujeres que son menos conocidos y más difíciles de diagnosticar, explicamos por qué y cuáles son.
A las mujeres se les deriva con menor frecuencia al cardiólogo debido a un problema escalonado: el médico de cabecera deriva menos de lo que convendría, sobre todo si los síntomas son atípicos o parece menos probable que se trate de una patología cardíaca; el cardiólogo podría diagnosticar y tratar menos también según el género del paciente. Además, las propias mujeres consultan con menos frecuencia y más tarde por malestar o dolor torácico, por el propio desconocimiento de los síntomas específicos.
Esta es una forma de discriminación a tener en cuenta ya que, a pesar de que en España la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en mujeres, el infarto se sigue considerando “una enfermedad de hombres”.
La clasificación de síntomas típicos y atípicos del infarto
Se considera que el infarto puede manifestarse de dos formas:
- Forma típica: Dolor centrotorácico opresivo irradiado a brazo izquierdo, más fácil de diagnosticar para el médico.
- Forma atípica: Otros síntomas que pueden confundirse, en el diagnóstico diferencial, con otras patologías, orgánicas o psicológicas, como por ejemplo un ataque de ansiedad.
Cuando hablamos de síntomas típicos y síntomas atípicos hay que tener en cuenta que los estándares clínicos se crearon a partir de la pato-fisiología de los hombres (síntomas típicos), por esta razón, cuando las mujeres presentan otros síntomas, considerados atípicos, es más fácil que se retrase el diagnóstico y empeore el pronóstico.
Los síntomas atípicos también suelen ser más frecuentes en pacientes diabéticos y ancianos.
Principales síntomas del infarto en mujeres
Como hemos comentado al inicio, el principal síntoma del ataque al corazón en mujeres es el mismo que en los hombres: dolor en el pecho o presión de cierta duración o intermitente. Aún así, en la mujer el dolor no tiene por qué ser el síntoma más evidente, sino que a menudo se describe como una presión, incomodidad o tensión.
Los síntomas del ataque cardíaco en mujeres que no están relacionados con el dolor en el pecho pueden ser:
- Incomodidad en cuello, mandíbula, hombros, parte superior de la espalda o abdomen
- Dificultad para respirar
- Náuseas o vómitos
- Desvanecimiento o mareos
- Dolor en uno o ambos brazos
- Sudoración
- Fatiga inusual
- Indigestión
Estos síntomas leves o menos evidentes hacen que el diagnóstico sea más difícil y que a las mujeres les cueste reconocer estos síntomas como los de un infarto cardiaco.
Diagnóstico del infarto en mujeres
Actualmente las y los profesionales sanitarios y la sociedad cada vez estamos más sensibilizados con este tema. Para un diagnóstico precoz y correcto del infarto en mujeres, es muy importante que la paciente consulte a tiempo y el médico diagnostique de forma adecuada. Se debe hacer hincapié en contar con un historial clínico detallado, pensando siempre que puede tratarse de angina de pecho, sea el paciente hombre o mujer. La mortalidad por infarto en la mujer es entre un 7-10% más elevada que en el hombre.
Hay dos puntos clave en la evaluación clínica inicial de la paciente con dolor torácico para determinar si este se debe a un proceso cardiológico: las características del dolor o las molestias, y la probabilidad de la paciente de padecer enfermedad coronaria (edad, factores de riesgo cardiovascular, etc.).
Prevención del infarto y factores de riesgo
Las medidas de promoción de la salud son la base para hacer frente al infarto y a otras muchas patologías. Debemos fomentar el autocuidado en la población y llevar unas adecuadas rutinas cardiosaludables, tales como:
- Alimentación equilibrada
- Control de los niveles de glucosa
- Ejercicio físico
- Control de la presión arterial
- Abandonar el tabaco
- Valores de colesterol adecuados
En un segundo escalón para evitar los eventos cardiovasculares está la prevención primaria. Las y los profesionales sanitarios tenemos que realizar un screening de factores de riesgo en nuestras/os pacientes, y tratarlos de forma precoz de acuerdo con las recomendaciones de las guías de práctica clínica.
Es preocupante el incremento que se observa de algunos factores de riesgo como, por ejemplo, la obesidad y diabetes en la población general. Con factores de riesgo probables o diagnosticados, debemos estar muy atentos por si pudieran presentar síntomas compatibles con una angina de pecho, que requieran derivación a un especialista para la realización de un estudio y/o tratamiento.
Por último está la prevención secundaria, medidas a realizar tras un evento cardiaco. También tiene gran valor pronóstico, puesto que mejora la morbimortalidad de los pacientes que ya han presentado un cuadro cardiovascular.
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