Psicóloga de AMSA/Grupo IMQ
Las crisis de identidad pueden presentarse a lo largo de toda nuestra vida, fruto sobre todo de cambios significativos y disruptivos (como por ejemplo el fallecimiento de un ser querido, la separación de pareja o un cambio drástico de cultura). No obstante, la crisis de identidad suele asociarse a la adolescencia, ya que ésta es una época de grandes incertidumbres en la que se está gestando el desarrollo de la personalidad.
Durante esta etapa es importante que los adolescentes se sientan acompañados: los padres debemos acompañarles sin juzgarles y brindarles todo nuestro apoyo. Es con esta finalidad que en IMQ te contamos qué implica presentar una crisis de identidad durante la adolescencia y cómo gestionar este momento de la mejor forma posible.
Qué es una crisis de identidad
Entendemos por crisis de identidad aquel momento de malestar emocional en que nos cuestionamos el sentido de nuestra propia existencia, manifestando patrones de pensamiento que pueden suponer un impedimento en nuestros quehaceres diarios. Este cuestionamiento y malestar vienen acompañados de grandes dudas, así como de un profundo sentimiento de vacío y de soledad.
Las crisis de identidad suelen ser transitorias y forman parte de un proceso evolutivo necesario y deseable en que se forja nuestra personalidad, por lo que no es considerada como un trastorno ni tiene identidad diagnóstica. Si bien es cierto, en algunos casos pueden alargarse durante demasiado tiempo, y si no sabemos afrontarlas adecuadamente, pueden terminar afectando a nuestra salud psicológica.
Cómo es la crisis de identidad en la adolescencia
Este proceso, con el desequilibrio emocional que implica, suele resultar más problemático durante la adolescencia. Por un lado, la persona se está enfrentando a una serie de cambios que trascienden el ámbito físico: los cambios psíquicos y/o emocionales tienen una mayor relevancia y afectación, no solo a corto plazo, sino también a largo plazo.
En este momento, el adolescente dirige su mirada hacia el exterior, tratando de definir su identidad dentro de una sociedad con mecanismos que debe conocer y en los que debe aprender a integrarse. Pero no solo esto dificulta el enfrentamiento a la crisis identitaria: también el hecho de que todavía carece de las herramientas necesarias para afrontar esta crisis. Ayudarles en este proceso es de vital importancia, ya que, de no controlarse, puede derivar en problemas más preocupantes, tales como el desarrollo de una fobia social, otros trastornos derivados de la ansiedad, trastornos alimenticios o incluso una depresión.
Cuáles son los síntomas de una crisis de identidad
Si bien es cierto que una crisis de identidad es completamente personal y cada uno lo experimenta de forma distinta, existen una serie de síntomas comunes que podemos enumerar. Tal como veníamos comentando, el principal aspecto es la presencia intrusiva de pensamientos acerca de la propia existencia. El resto de la sintomatología dependerá de esta sensación de pérdida y malestar emocional. Recogemos a continuación los más habituales:
- Síntomas relacionados con la ansiedad
- Sensación de pérdida de rumbo vital y desorientación
- Sentimiento de vacío existencial
- Astenia (debilidad generalizada que dificulta el realizar las tareas habituales).
- Tristeza o depresión
- Dudas y dificultad para tomar decisiones, incluso las más sencillas
- Desarrollo de inseguridades y falta de confianza personal
- Ser víctima de comparaciones constantes
- Desmotivación general
- Inestabilidad emocional
Cómo tratar una crisis de identidad en un adolescente
Como hemos comentado, una crisis de identidad en la adolescencia no es ningún trastorno que deba preocuparnos, sino una etapa considerada normal en el proceso evolutivo de cada persona. Ahora bien, para que se dé de forma sana y evitar caer en patrones tóxicos, debemos brindar a nuestro hijo o hija un entorno de comprensión y apoyo incondicional, además de alentarles a descubrir cuáles son sus verdaderos intereses y a definir metas acordes a sus creencias e inquietudes. En este sentido, te será de gran utilidad conocer estos consejos para mejorar la comunicación con tus hijos .
No obstante, si la crisis de identidad acarrea un malestar psicológico demasiado agudo o se prolonga durante demasiado tiempo, es recomendable acudir a un profesional. El contacto con un psicólogo en un momento tan delicado como este le ayudará a adquirir técnicas para gestionar sus emociones, frustraciones y expectativas. En este sentido, las crisis de identidad son una buena oportunidad para trabajar el autodescubrimiento y la introspección. Y en IMQ contamos con profesionales expertos en cuidado de la salud mental.